Lectura para todos

Lectura para todos
Por:
  • larazon

Claudia Guillén

Uno de los grandes temas que ocupó un lugar preponderante en el siglo XX fue la necesidad de que la población mexicana creciera en sus conocimientos a través del ejercicio de la lectura. En la segunda década del siglo pasado José Vasconcelos, como Rector de la Universidad y como el primer Secretario de Educación, integró un programa editorial a nivel masivo.

Es decir, este ateneísta —cobijado por sus compañeros de generación y de otras generaciones como el poeta Carlos Pellicer—, encaminaron una cruzada en todo el país para regalar la colección de “Los libros verdes”, integrada por títulos como: La Ilíada y La Odisea, de Homero; Vidas ejemplares, de Romain Rolland; Fausto, de Goethe; La Divina comedia, de Dante, entre otros. La aventura se tornaba “alucinante”, por decir lo menos, pues nuestro país tenía una alta tasa de analfabetismo.

No obstante, José Vasconcelos pensaba que la literatura debía ser para todos y por ello también invitó a grandes maestros como la escritora Gabriela Mistral a que fueran a compartir, a los lugares más recónditos de nuestro país, estos textos cargados de sabiduría. Don José tenía claro que la gente menos letrada no tendría por qué no tener la posibilidad de acercarse a estos relatos que han formado parte del pensamiento de la cultura occidental y, por qué no decirlo, de la visión de Vasconcelos, que logró imprimir 100 mil ejemplares para repartirlos en todo la nación. Éste fue el primer paso para crear una tradición que llega hasta nuestros días, y que muchos hemos sido beneficiados por ella. Pues con el avance del siglo, se crearon instituciones que han concebido esta cruzada como un eje de sus programas.

El 28 de noviembre de este año se inauguró la XXIX Feria Internacional del Libro que se lleva a cabo en la ciudad de Guadalajara, desde hace 29 años. No exagero si les digo que se trata de una de las ferias más importantes en la lengua hispana, sino es que la más importante. En este espacio no sólo se encuentran muchos títulos de otros países, sino que existe la posibilidad de interactuar con los escritores más emblemáticos de distintas tradiciones; y así se logra un acercamiento del lector con ese ser que ha escrito muchos pasajes que ha disfrutado en soledad y a través de la lectura.

Se trata, pues, de una suerte de fiesta enorme alrededor de los libros, los autores y los lectores. En ese espacio, que año con año se ha fortalecido, se han presentado figuras como Mario Vargas Llosa pero también Salman Rushdie, quien este año estuvo presente en varias actividades y en una de ellas habló de la vocación esencial de la literatura, que es tomar a la ficción como una herramienta, para lograr un ejercicio estético y catártico. Año con año se invita a diferentes países, en esta emisión fue Inglaterra, para que vengan representados por sus escritores más destacados. Durante 10 días hay una verbena en la capital tapatía, que ha demostrado que si se crean espacios bien diseñados, la población se acerca a ellos de forma espontánea.

Para quien esto escribe, los libros son un objeto que no sólo contiene un relato sino que también despierta otros sentidos. Me explico: el tacto al pasar las páginas; el tipo de letra; el olor; el tipo de pasta, etc. ,son partes que también enriquecen mi momento de lectura. Aunque también es cierto que hemos entrado en un nuevo siglo y que no hay por qué desechar lo que se nos ofrece en este contexto. Me refiero a los libros electrónicos, que para muchos se convierten en una mejor forma de leer a sus autores predilectos.

Y retomando la idea vasconcelista de dar literatura para todos, se han generado programas por demás interesantes. Es el caso del Cultura Digital de Conaculta, que cuenta con el fondo editorial E-literatura. El objetivo central es dar a conocer obras para ser leídas en “línea”, y con ello generar un diálogo sobre cómo el mundo digital puede formar parte del literario y, con ello alimentar, desde otro punto de vista, los conceptos canónicos de literatura, poesía y arte. Es decir, uno de los planteamientos más importantes es ver cómo se van transformando los lenguajes en esta era digital. Y hurgar en qué cambia la percepción si se lee un relato en pantalla o en un libro. Quien quiera acercarse a este ejercicio puede entrar a la página http://editorial.centroculturadigital.mx, que está dividida en tres secciones: “Catnip” y animaciones hechas a partir de los Topoemas de Octavio Paz, la pieza interactiva Umbrales y próximamente una novela hipermedia titulada Tatuaje. Estas cuatro piezas fueron pensadas y “escritas” para ser piezas de E-Literatura, para mimetizarse en el trabajo colectivo de escritores, programadores, diseñadores, creativos, editores y lectores; todos ellos hacen las piezas, la literatura electrónica”, como la señala la introducción de este portal electrónico.

Reitero que vale mucho la pena entrar en él, porque es como hurgar en un mundo desconocido, que te lleva de la mano para confirmar que la lectura debe de ser para todos, como en su momento lo señaló José Vasconcelos.

Nos vemos el otro sábado, si ustedes gustan.

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