Los decretos de Trump y los derechos humanos
Hace sólo dos semanas que Donald Trump se trasladó a la Casa Blanca y ya tiene a la comunidad internacional alterada y en su contra por la firma de órdenes ejecutivas y decretos de carácter racista y agresivo.
El decreto que prohíbe o retarda el ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana –Irán, Siria, Irak, Libia, Yemen, Sudan y Somalia– es sencillamente una violación de los derechos humanos más básicos.
Todas las administraciones norteamericanas anteriores tienen las manos manchadas de la sangre derramada en estos países, todos sufrieron la injusta política de Estados Unidos y sus intervenciones militares. La injerencia estadounidense en Sudán, Somalia, Libia, Irak, Siria, Yemen, y el apoyo absoluto a la ocupación israelí en Palestina, son los responsables de lo que está ocurriendo en nuestra región. Lo menos que debe hacer ahora Estados Unidos es restaurar el daño que hicieron a estos países y devolverles su estabilidad… o atenerse a las consecuencias.
El discurso del presidente Trump fomenta el racismo y discrimina a los ciudadanos estadounidenses de origen árabe o musulmanes. Y arremete también contra los refugiados procedentes de Oriente Medio, profundizando el miedo y el odio. Si la comunidad internacional, las instituciones y el mundo entero no actúan rápidamente para lograr un ambiente de tolerancia y que Estados Unidos continúe siendo la tierra de la libertad y la democracia, terminaremos en el caos.
El pueblo árabe esperaba una respuesta firme a estas medidas de parte de sus líderes. Pero los gobiernos de estos países, la Liga Árabe y el Consejo de Cooperación Islámica se mantuvieron callados cuando la nación les exigía responder a la arrogancia de Trump como hizo Irán que rebatió al decreto americano prohibiendo la entrada de norteamericanos al país. El presidente iraní Hasan Rohani dijo sin mencionar el nombre del presidente norteamericano “temo que aquel que viene del mundo del negocio al mundo de la política perjudica a su pueblo y a todos los pueblos del mundo”, y el comentario fue acompañado del lanzamiento de prueba de un misil balístico de alcance medio.
Es la responsabilidad de las instituciones civiles levantar una campaña contra la arrogancia de Donald Trump y empezar con un boicot a todos los productos de origen estadounidenses y crear un frente pacífico entre todos los pueblos de la región para tomar medidas contra todo lo que pretende hacer la nueva administración de EU como continuar influyendo en la zona, trasladar la embajada de ese país a Jerusalén y reconocerla capital de Israel, negando el derecho palestino en la ciudad, o el plan de Trump de crear zonas seguras en el interior de Siria que según políticos tiene como objetivo no declarado dividir Siria. Debemos dar más participación a la comunidad internacional y a Rusia, y no dejar nuestro destino en las manos de Norteamérica.
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