Memendial: El efecto meme

Memendial: El efecto meme
Por:
  • nemer-naime

¿Qué tienen en común las elecciones y el Mundial? Aparte de que México se rifa su destino esta semana, la respuesta es: MEMES.

A cuatro años del presente, el mundo giraba en torno a Twitter. La actividad de la red social llegó a su pico mientras Alemania metía gol, tras gol tras gol, a Brasil en la semifinal. Hoy, Trump gobierna a través de esa herramienta, que se desgasta y pierde filo ante otro fenómeno que estalla… los memes.

Un meme se define como idea o cosa que pasa de persona a persona en una misma cultura. Esto lleva a los detractores a decir que el meme reduce la cultura a una pieza de entretenimiento efímera que rebaja la cualidad de nuestra conciencia colectiva.

Se siente miedo en esta época, donde la verdad se vuelve relativa y la ola de información amenaza con extinguir la sabiduría. Asumimos que lo mejor es lo último y que todo lo viejo es primitivo y ha sido superado por la ciencia y la tecnología moderna.

Se critica sin fundamento la falta de atención de las nuevas generaciones porque, enterradas en su celular, destapan memes para entender, criticar y compartir conocimiento en temas políticos y sociales importantes. Ya nos somos humanos de frases largas y miradas contemplativas. Somos voraces consumidores de contenido contextualizado en un solo cuadrito.

A pesar de que los memes son una nueva manera de comunicar gracias a la habilidad de Internet, se descartan fácilmente como fenómeno social. Pero sería tonto subestimar su poder de compromiso.

Las generaciones contemporáneas son totalmente diferentes a las del pasado: no son lo suficientemente adultos para cambiar el mundo (ciudadanos de segundo grado por desempleo o estudios) y tampoco son lo suficientemente ignorantes como para no tener opinión acerca de los temas que revuelven a su sociedad. Por eso usan los memes para agitarse entre sí y movilizar a la sociedad en general.

Hugo Ball, el escritor del manifestó Dadá, explica “es verdad que, para nosotros, arte no es un fin en sí mismo, ya hemos perdido demasiadas ilusiones. Dadá no es una escuela de artistas, sino un reclamo desesperado a favor de cualquier forma creativa que construya una nueva y universal consciencia del arte”. En esta época donde ya pocos escapan a Internet, ¿es realmente sorpresivo que nuestro concepto de ‘arte’ sea mueva a lo digital?

Pongamos en la mesa que el dadaísmo se desarrolló como un movimiento de arte anarquista cuyo principal objetivo era subvertir y socavar el sistema de valores y reglas establecidos. Se volvió un movimiento ‘antiarte’, por reducir sus intenciones a un meme.

¿Estamos dentro de un nuevo movimiento artístico? ¿Para el siguiente Mundial, gobernará alguien a través de memes? El mundo va demasiado rápido en múltiples direcciones como para concretar una predicción del futuro; por eso, tal vez, los memes: piezas de ingenio que sostienes en tu palma, un momento, y se va.

Primero meme, luego existo… y luego otro meme y otro y otro ad infinitumeme.