Optimismo entre analistas económicos

Tras seguir una tendencia descendente desde abril, el indicador de confianza de los analistas económicos del sector privado repuntó ligeramente en septiembre. Así lo reveló la encuesta mensual de expectativas de analistas levantada por Banco de México y publicada el pasado viernes.

En particular, la expectativa de que el clima de negocios que prevalecerá durante los próximos seis meses en comparación con los seis meses anteriores se fortaleció en detrimento de una percepción de que la situación permanecería igual. En tanto, la percepción de que la economía se encuentra en mejor situación se ha mantenido robusta, sosteniendo el 90% de las respuestas desde hace varios meses.

Respecto a si será favorable la evolución económica de país en los próximos seis meses, este indicador registró un repunte, el cual aunque modesto fue suficiente para que una respuesta afirmativa predominará sobre una pesimista. Cabe mencionar que este indicador se había desplomado de casi 100% de apoyo a escenario económico favorable a principios de año, hasta cerca del 40% en agosto y ahora un repunte a un nivel superior al 50 por ciento.

Sin embargo, respecto a los factores que en los próximos meses podrían limitar el ritmo de actividad económica, la gran mayoría de las respuestas de los analistas encuestados por el Banco de México continuaron señalando a la debilidad del mercado externo, la ausencia de cambios estructurales en México, los problemas de inseguridad pública y la debilidad del mercado interno como los principales factores de preocupación -apoyados por el 71% de las respuestas.

Es de destacar que el factor asociado a la inseguridad pública ha venido ganando terreno en el último año, elevándose de un 8% de las respuestas hace un año a 16% actualmente. En contraste, el factor asociado a la política fiscal implementada ha venido descendiendo en importancia. Lo anterior resulta curioso al recordar que las mismas autoridades de banco central han venido señalando a la incertidumbre fiscal como una posible causa por la que las expectativas de inflación al cierre del 2011 no han descendido desde su actual nivel de 3.8% (frente a una expectativa oficial para el promedio del último trimestre de ese año de 2.75-3.25 por ciento).

Consideramos que en buena medida la disminución de los temores de un escenario de nuevo desplome económico en Estados Unidos ha contribuido sustancialmente a relajar las preocupaciones de los analistas. Sin embargo, es de destacar que el factor ligado a la inseguridad ha ganado en importancia. Si bien su impacto sobre el crecimiento económico es sumamente complicado de estimar, los analistas coincidimos en que definitivamente es un punto a considerar. Sobre todo por sus potenciales afectaciones a los sectores turísticos y al ánimo empresarial.

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