Plan B: Marcelo al Senado

Si por alguna circunstancia en 2012 Marcelo Ebrard no fuera el candidato de la izquierda a la Presidencia de la República, tiene diseñado un Plan B que sólo retrasaría un poco su aspiración presidencial.

En caso de que tuviera que ceder el lugar a Andrés Manuel López Obrador o a cualquier otra figura que despegara de aquí a tres años, el jefe de Gobierno se disciplinaría, pero a cambio exigiría quedarse con el DF.

En este escenario sería candidato a senador y pondría al aspirante al Gobierno del Distrito Federal para conservar el poder político de la capital.

Al Senado lo acompañarían grandes figuras de una alianza centro-izquierda, pero él se perfilaría como el coordinador, y construir desde ahí su candidatura presidencial para 2018.

El escenario en la capital cambiaría y seguramente buscaría imponer a su secretario de Finanzas, Mario Delgado, como el candidato a jefe de Gobierno.

Si alguien le alegara que el DF necesita a alguien con más punch para garantizar los suficientes votos a la alianza, Ebrard podría argumentar que él mismo hará campaña en la ciudad y proveerá los votos necesarios.

De sus allegados, Delgado es el que más le convence y lo ha ido preparando para lo que se pudiera ofrecer, aunque no es el único que aspira al cargo, por supuesto.

Otra aspirante es la diputada Alejandra Barrales, quien desde la Asamblea Legislativa del DF se puede construir una imagen; el problema, según los expertos, es que sería una candidata académicamente muy pobre.

Ese factor sería una desventaja, pues se prevé que la lucha sea entre gente joven y preparada. Quizá Barrales acompañaría a Ebrard en el Senado y gente como José Ángel Ávila pudiera coordinar la ALDF.

Otro que reclamaría la jefatura de Gobierno sería Jesús Ortega, quien no garantiza nada que sus canicas le pudieran alcanzar para ir de nuevo el Senado y después buscar una gubernatura.

De darse este escenario B, seguramente el PRI y el PAN tejerían una alianza para que los tricolores recuperen Los Pinos, y los blanquiazules arrebaten a la izquierda el DF.

En cualquier caso, la capital de la República sigue siendo el ansiado botín de la oposición.

 CENTAVITOS... La agresión al futbolista Salvador Cabañas en un bar de Álvaro Obregón lleva a recordar tragedias como la del Lobohombo, en la Cuauhtémoc, y el News Divine en la Gustavo A. Madero, que tienen un signo en común: la corrupción de las autoridades perredistas. En estas tragedias el denominador común ha sido las licencias irregulares de funcionamiento. En Álvaro Obregón Lalo Santillán inició su gestión prometiendo el combate frontal a la venta de alcohol después de las 00:00 horas, pero lejos de ello permite que los antros que se reportan con su Jurídico, Gustavo Figueroa, operen toda la noche. Caso especial es el de La Corbata, tugurio de su primo que trabaja impunemente a dos cuadras de la delegación. ¿Será por eso que los delegados no quieren el Instituto de Verificación que les impuso Ebrard para controlar la expedición de licencias?

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agp