El poder de una bandera

El poder de una bandera
Por:
  • danielalonso-columnista

Queridos lectores y seguidores del deporte más popular del planeta, abróchense el cinturón que la próxima fecha FIFA podría traer consigo desenlaces emocionantes y algunos con melancolía; esta pasión que emanará de lo deportivo podría incendiar banderas en una que otra capital.

Madrid-Barcelona. En la eliminatoria europea alemanes e ingleses podrían sellar su pase a la justa mundialista en caso de obtener la victoria en sus respectivos duelos de pasado mañana; la otra cara de la moneda es la selección holandesa, la cual podría despedirse del Mundial; pero hay un duelo en particular que atrapará la mirada del mundo: el España-Albania. No por la inminente clasificación del cuadro español (la onceava de manera consecutiva), sino por los sucesos ocurridos en Barcelona el pasado domingo y el impacto que ha tenido en el futbol español.

No es una historia de apenas unos días, meses o años el conflicto que existe al interior de España y Catalunya (Cataluña, en castellano); guerras e invasiones desde hace más de tres siglos entre ambos pueblos son sólo el origen de este histórico conflicto, que ha sido el manantial de la rivalidad de los clubes Real Madrid y Barcelona.

Gerard Piqué fue quien alzó la voz después del partido en el que su equipo derrotó a Las Palmas con las gradas vacías por la tensión vivida en la capital catalana por el referéndum independentista; con sus declaraciones confirmó su orgullo por su pueblo y desató abucheos y cánticos en su contra el día de ayer durante el entrenamiento en Madrid; Piqué ya advirtió su posible marcha de la selección, situación que encendería aún más el ánimo en las calles de Barcelona.

Bajo este clima hostil Julen Lopetegui tendrá la difícil misión de mantener al equipo concentrado y a tope para el Mundial en Rusia; pensar que el seleccionador vasco puede hacer más en este roce es imposible, reyes españoles, presidentes de la Generalitat de Catalunya han fallado en el intento.

El quilombo argentino. Barullo, gresca, desorden, lío, son los sinónimos que ilustra la Real Academia a la palabra “quilombo”, y eso es en lo que están metidos los argentinos en su eliminatoria. Se juegan su futuro contra Perú; así de maravilloso es el futbol que siempre tiene revanchas para todos, y los peruanos podrían limpiar la reputación de algunos de sus compatriotas por comerse 6 goles intencionalmente (esto aún no documentado) en 1978; Argentina contra Perú en la Bombonera, en la casa de Diego, con Messi en la cancha, el cuadro inca podría escribir un capítulo inolvidable: “Argentina no va al Mundial, nosotros sí, a mano con la historia”.

¿Y de los nuestros qué decir? Muy poco, y esta vez no por recriminar su juego a veces sin idea o por derrotas escandalosas; no, esta vez sólo decir que el futbol podría aminorar el pesar que aún palpita por nuestras calles y memoria; que esta vez los muchachos disfruten sin presión y se diviertan en la cancha y así nos contagien un poquito el buen ánimo y alegría que representa siempre la pelota en una cancha de futbol. Escenarios distintos, objetivos en común, el futbol nació como alivio del alma.