Política de nueva generación

Política de nueva generación
Por:
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Ernesto Nemer Álvarez

México merece contar con las opciones que le permitan ser protagonista de su propio desarrollo. Una política social acorde a nuestro tiempo, para abatir la desigualdad y hacer efectivos los derechos sociales de toda la población.

Por eso, la política social del Gobierno de la República se transforma para dejar de ser asistencialista y ofrecer alternativas generadoras de ingreso a más de 53 millones de mexicanos, quienes padecen algún tipo de pobreza, y así cerrar, de manera efectiva, las brechas de desigualdad que existen en nuestro país mediante una política de nueva generación.

Esta política social de nueva generación tiene como principal objetivo el desarrollo de capacidades productivas de las personas y sus comunidades, porque se entiende que la mejor manera de combatir la pobreza es generando crecimiento, empleo, auto empleo, así como una mejor distribución del ingreso.

En este tránsito del asistencialismo a la institucionalización de una política social de desarrollo de capacidades no debe de estar solo el Estado, pues el desarrollo del país debe de involucrar esfuerzos, voluntades y recursos de los diversos actores de la sociedad mexicana, porque la superación de la desigualdad es el verdadero desarrollo de México. Ninguno de nosotros acepta que exista un solo mexicano en situación de pobreza.

El Estado de Derecho y las garantías sociales deben materializarse, ser tangibles, efectivas; deben darnos la certeza de que como mexicanos de todas las edades, regiones y grupos sociales, el bienestar social es una realidad, sobre todo para aquellos 27 millones de compatriotas que no tienen una alimentación básica y para los 11 millones de ellos que padecen pobreza extrema.

De igual manera, sucede en el caso de los adultos mayores que viven en 4.5 millones de hogares y que no cuentan con ningún tipo de pensión ni jubilación, situación que limita el ejercicio de sus derechos elementales como la alimentación y la salud.

Otro ejemplo son los 7 millones de mujeres que son jefas de familia, que cargan sobre sus hombros la doble responsabilidad de ser padres y madres de sus hijos. Frente a esta condición, ha sido necesario generar un nuevo esquema de seguridad para que en caso de faltar la mamá, los hijos puedan tener acceso a la educación hasta el nivel universitario.

Con estas acciones se plantan las bases de un sistema de seguridad social, que haga efectivo el ejercicio de los derechos sociales a estos grupos de población.

La política social debe diseñar acciones adecuadas a cada una de las distintas realidades que presenta nuestro país. Si bien los diversos programas sociales han permitido compensar de alguna forma esas desigualdades, no han sido suficientes, pues los resultados han mostrado que no han logrado revertir progresivamente estos fenómenos.

Es por ello, que el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Social, transita hacia una política social de nueva generación que entiende que la pobreza y la desigualdad deben combatirse mediante la generación de oportunidades de ingreso, por eso transformó el programa de subsidios más importante del país, en el que confluyen acciones de salud, educación e ingreso, incorporando el componente productivo, como premisa fundamental para un desarrollo sustentable, tanto en zonas urbanas como rurales.

La idea de que “origen es destino” debe de desaparecer, porque la desigualdad y la pobreza sí tienen solución. Hoy, la política social en México respalda una amplia gama de derechos emergentes de la ciudadanía civil, social y cultural de todos sus habitantes.

*Subsecretario de Desarrollo Social