Política exterior hacia Sudamérica

Política exterior hacia Sudamérica
Por:
  • larazon

Emilio Sánchez Santiago

Dedicado a mi admirada

amiga tlaxcalteca

Embajadora Beatriz Paredes

Quienes observamos a Sudamérica percibimos una brecha creciente entre el modelo económico de varios de esos países, y el modelo adoptado por México y por algunos países del Sur. Por una parte está el grupo del “modelo económico sudamericano” formado por Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Argentina y Bolivia. Por otra parte están México, Colombia, Chile, Perú, Brasil y Panamá. El primer grupo se rige por lo que algunos han llamado el modelo de economía social, en tanto que el segundo grupo se apega al modelo de economía de mercado.

Toda clasificación exagera y simplifica la realidad, pero ayuda a entender las diferencias esenciales que definen a un grupo. La clasificación indicada en líneas anteriores adolece de ese defecto, pero tiene esa cualidad. Aceptando de antemano los matices de cada país, no cabe duda, por ejemplo, que el modelo económico nicaragüense se parece más al cubano que al panameño.

Hasta cierto punto es posible hablar de un “modelo económico sudamericano”, que ha venido definiéndose en la última década, y aplicándose en los países del primer grupo, encabezado por Cuba. Este modelo se caracterizarse por lo siguiente:

a) El Estado asume un papel protagónico en el manejo de la economía, e interviene directamente en muchas de las ramas de actividad económica; gradualmente el Estado sustituye a la empresa privada, y asume el control y la propiedad de los medios de producción;

b) La ideología que guía al Estado es un acendrado nacionalismo que busca la “reivindicación” de presuntos derechos pertenecientes al pueblo, y que rechaza la injerencia del capital extranjero o nacional en muchas ramas de actividad económica a las que el Estado define como “estratégicas”

c) Los recursos económicos y financieros públicos, provenientes de los ingresos estatales, se orientan predominantemente hacia el consumo dado que se parte de la convicción de que el pueblo ha sido explotado por los regímenes políticos anteriores, y de que es urgente reparar esas injusticias

d) El Estado ejerce su dominio de la economía a través de controles directos a la producción, al comercio, a los servicios, y al comercio exterior. Los controles se aplican a los precios de bienes y servicios, al mercado cambiario, a las importaciones, a las exportaciones, a las entradas y salidas de capital, a las condiciones laborales y a las inversiones extranjeras, entre otros.

Pese a su preferencia por el modelo de economía de mercado, es crítico y trascendente que México mantenga estrechos lazos con aquellos países sudamericanos que favorecen el modelo de economía social o socialista. México no debe ni puede aislarse de esos países, a pesar de las diferencias. Es tiempo de entronizar la política exterior de no intervención, y respeto irrestricto a la soberanía de cada país.

El mejor juez de las bondades o defectos del modelo económico sudamericano es el tiempo, el cual mostrará los resultados de dicho modelo, en términos de: a) crecimiento económico, b) generación de empleo, c) estabilidad cambiaria y de precios, y d) bienestar para la población. Dejemos que sea el tiempo quien juzgue a ese modelo y a quienes lo aplican. En el ínterin, reforcemos nuestros lazos sociales, políticos y culturales con toda Sudamérica.

emsanchez@prodigy.net.mx