PRD, hora de traiciones

Pablo Hiriart

El PRD vive el peor momento de su historia, porque está a un paso de desintegrarse.

Nadie toma decisiones, y sus detractores internos se dan un festín de golpes y pedradas contra el pesebre que les dio cobijo y los rescató como personajes públicos.

Padece esquizofrenia y es víctima de traiciones, y su dirigencia no encuentra la medicina para esos males.

Marcelo Ebrard, que llegó a la jefatura de Gobierno del DF con el registro del PRD, hoy trabaja para reventar a ese partido.

Y las cosas le van saliendo, porque para destruir es implacable, junto con su grupo que encabeza Manuel Camacho Solís.

El lunes Marcelo Ebrard se reunió con Dante Delgado y Ricardo Monreal para convocar a la creación de un “Polo Progresista”, que frene las reformas estructurales aprobadas.

Junto con Ebrard van sus escuderos Vidal Llerenas y el senador Mario Delgado, miembros del PRD, dispuestos a frenar lo que ellos mismos impulsaron: las reformas.

Es paradójico que miembros del PRD convoquen a un “Polo Progresista” para echar abajo reformas como la educativa y la fiscal, de las que fueron artífices.

El senador Delgado fue, al principio, impulsor de la reforma educativa, hasta que recibió una señal en contrario de su jefe político Marcelo Ebrard. Y sin sonrojarse dio la voltereta para declararse opositor a lo que había sostenido.

La reforma fiscal fue en buena parte de autoría perredista, y ahora llaman a combatirla hasta echarla abajo. ¿Dónde está la brújula?

Frente a ese reto, la dirigencia nacional del PRD se ha quedado de brazos cruzados, aturdida, sin fuerzas para expulsar a Ebrard y a sus escasos seguidores.

Si el miedo a expulsar a Ebrard es porque una medida así de drástica les va a provocar una mala imagen, el resultado de hacer caso omiso a sus desplantes va a ser peor.

Ebrard es de los que hacen más daño afuera que adentro, por su gen destructivo.

Con esas indisciplinas toleradas por la dirigencia del PRD, el ejemplo se multiplica.

Hace tres semanas la Comisión Política Nacional de ese partido acordó no ir en alianza con el PAN en las elecciones locales que habrá en Nayarit, pues consideraron que eran incompatibles ideológicamente.

Sin embargo, sólo dos días después de esa decisión del CEN, la dirigencia del PRD en Nayarit, encabezada por Arturo Marmolejo, acudió al Instituto Estatal Electoral, acompañado por el líder del PAN, Ramón Cambero Pérez, y presentaron la solicitud de registro para la coalición “Juntos Ganamos Todos”.

No hay respeto para la dirigencia nacional del PRD. No hay mando. Es un partido a la deriva. A merced de las traiciones de quienes no pueden vivir sin destruir. Y víctima de una esquizofrenia que al parecer es incurable.

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Twitter: @PabloHiriart