¿Quién manipuló el escándalo del IMSS?

No parece suficiente que el IMSS vive la peor crisis financiera de su historia. Hoy lo atacan la desconfianza y el descrédito. Y todo por una grosera danza de millones.

¿Quién está detrás del escándalo de corrupción? ¿Quién gana? ¿Quién o quiénes son destinatarios del mensaje y el golpe? Obligan las interrogantes al confirmar que son empleados de empresas farmacéuticas los que hablan en las grabaciones del presunto acto de corrupción en el IMSS.

Aún así, sorprende la facilidad para manipular a la opinión pública, y la fragilidad institucional ante los escándalos mediáticos. Y es que ante la sospecha de un acto de corrupción —en el IMSS o en cualquier institución—, muchos se escandalizan y todos se rasgan las vestiduras, como si la corrupción fuera un bicho que ataca sólo a las instituciones del Estado. Aún así, nada descalifica ni el trabajo periodístico, ni la presunción de corrupción. Pero vamos por partes.

¿Quién grabó ilegalmente la conversación entre empleados de las empresas Novartis y Stendhal? ¿Quién las envió a los medios y deslizó que se trataba de una charla entre un funcionario del IMSS y un empleado de Novartis? La respuesta no admite muchas variantes. O se trata de una guerra entre empresas farmacéuticas proveedoras del IMSS, o una mano negra cobra facturas al director del Instituto, Daniel Karam. O una combinación de ambas.

La principal hipótesis que se maneja en las alturas del poder es la de una guerra entre empresas farmacéuticas que se disputan el jugoso mercado que es el IMSS. Y es que para nadie es un secreto el ilegal espionaje industrial que se practica en México, y que, ante un mercado de más de 22 mil millones de pesos que eroga el IMSS en medicamentos, una licitación de 80 millones es apenas un dulce. ¿Y entonces qué hay en el fondo? ¿Qué mano mece la cuna?

La hipótesis en cuestión señala que una tercera farmacéutica descubrió supuestas componendas entre Novartis y Stendhal, empresas que pudieran ganar las licitaciones con la ayuda ilegal de empleados del IMSS. Lo curioso es que esas prácticas son comidilla en instituciones extremas como la UNAM y la Cámara de Diputados, pasando por las grandes empresas privadas. ¿Y entonces por qué el tamaño del escándalo? Aquí es donde entra la mano negra que mece la cuna.

Resulta que el escándalo también es un tiro de precisión contra el director del IMSS, Daniel Karam, y acaso contra su jefe, Felipe Calderón. ¿Y por qué golpearlos?

Porque están en juego miles de millones de pesos, sea en licitaciones, vales de medicinas… o porque a otros preocupa el futuro político de Karam, luego de la convocatoria que logró durante un reconocimiento que le hizo la poderosa comunidad libanesa. Al tiempo.

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