Resucitados

Resucitados
Por:
  • larazon

Raymundo

 PRIMER TIEMPO: El aventón que le salvó la vida. Hermano menor, estaba pensado que sería quien tomara la estafeta para que la dinastía Monreal tomara cuerpo como una clase de gobernadores. Pero David Monreal no pudo mantener la velocidad de su hermano Ricardo, que había sido gobernador de Zacatecas y convertido en una de las voces más combativas de la izquierda. A David le alcanzó para ser diputado local y federal, así como presidente municipal de Fresnillo. Paradójicamente, su paso por esa alcaldía estuvo a punto de costarle la vida el miércoles, pues en un ajuste de cuentas de un hombre herido porque cree que David no lo ayudó lo suficiente para aclarar la desaparición de su hermano en 2011. Frustrado, de acuerdo con personas cercanas a los Monreal, rompió con sus amigos de décadas en 2012. Las cosas no pararon ahí. Según sicarios que habían llegado a México para asesinar a los Monreal, quien los contrató para ese trabajo fue su ex amigo. Las autoridades tienen que confirmar aún las versiones y cotejar con los imputados. Lo que no tiene que corroborarse, es que la fecha del asesinato de David estaba fijada para el miércoles por la noche, cuando saliera del Senado, porque su patrón estaba exasperado y los había amenazado con quitarles el contrato y buscar a otros matones que sí estuvieran decididos a cumplir con el trabajo encomendado. La presión les hizo perder la oportunidad el martes, cuando David, que nunca tenía seguridad, salió en la noche solo del Senado para cenar, también solo, en un restaurante argentino a media cuadra de su trabajo. Esa fue una oportunidad perdida, porque los sicarios seguían en esos momentos a Ricardo. Al día siguiente, tendrían que hacerlo. Pero para el senador, tampoco ese día era bueno para morir. Los sicarios lo esperaban afuera, para cuando saliera en su automóvil. Sin embargo, David se subió al auto de un colega del Partido del Trabajo, con quien salió del Senado. En otro vehículo, nunca lo identificaron. En esta semana, David Monreal se gastó dos vidas. No hay duda. El destino lo quiso tercamente entre nosotros.

 SEGUNDO TIEMPO: La foto que vale oro. Pocas fotografías han tenido tanto significado en la política mexicana como la que hace unos días difundió la Presidencia de la República. En Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto recibió al nuevo líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Juan Díaz, quien llegó acompañado por el secretario de Educación, Emilio Chuayffet. Las sonrisas que se les vieron en las gráficas, deben haber tenido mucho más de fondo que el protocolo. Para el gobierno, en medio de la creciente beligerancia magisterial en rechazo a la reforma educativa, en vísperas de manifestaciones en el Distrito Federal, una señal a todos los interesados que los maestros no eran una fuerza unida y, para mayor claridad, ahí estaban, departiendo, el Ejecutivo y el dirigente de casi la mitad de los maestros del país. Para Díaz, fue incluso más significativo. Él no estaba destinado a ser el líder del magisterio pese a que la maestra Elba Esther Gordillo lo había hecho secretario general y su aparente sucesor. Él no era el nombre que la senadora Mónica Arriola ofreció al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la noche del arresto de su madre, para controlar al sindicato y evitar que la acción judicial contra la maestra se extendiera al resto de la familia. Pero Arriola no pudo lograr que al día siguiente, en la reunión de líderes magisteriales en Guadalajara, emergiera su candidata. Díaz demostró tener el control del sindicato y en esa reunión lo nombraron presidente. Los intentos por descarrillar su elección porque el proceso no se apegaba a los estatutos, fracasaron. Las autoridades federales tenían en su poder la carta de no darle la nota de reconocimiento, pero fue mucho más persuasivo el argumento que si no se levantaban en armas los maestros por la captura de la maestra, no tendrían problemas legales. Díaz sofocó la revuelta y durante la beligerancia de la coordinadora magisterial en contra de la Reforma Educativa, mantuvo en casa a los maestros. La vida de Díaz al frente del magisterio se aventuraba efímera, pero su operación interna tuvo como recompensa esa fotografía, que lo que dice es que será un líder duradero.

 TERCER TIEMPO: La reivindicación de quien se mantuvo vertical. Desde sus primeros años como político, Mariano Palacios Alcocer, fue congruente. Como rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, encabezó una manifestación estudiantil cuando el entonces gobernador Rafael Camacho Guzmán, uno de los últimos caciques reales en México —para darle gusto a su madre, amplió el muro del jardín de su casa para robarse la iglesia de una comunidad queretana y que quedara como parte de la residencia; porque no le gustaban las ventanas de la planta baja del Palacio de Gobierno, las tapió, sin importar el valor histórico de una de ellas, por donde escapó el emisario de la Corregidora que le avisó a Miguel Hidalgo que habían descubierto la conspiración independentista—, quiso vulnerar la autonomía. Como líder del PRI, aguantó la remoción que hizo de él Ernesto Zedillo, el presidente que hablaba de la “sana distancia” con su partido, para permitir que un cercano, José Antonio González Fernández, le entregara a Vicente Fox la Presidencia por la falta de apoyo al candidato priista. Nuevamente como líder, tras perder Roberto Madrazo la elección presidencial, rechazó la propuesta de Felipe Calderón para incorporar a priistas a su gabinete. Palacios Alcocer se fue casi al ostracismo, pero se mantuvo en la misma línea de conducta de su vida. Discreto, fiel a su partido, que cuando regresó al poder de la mano de Enrique Peña Nieto, lo recuperaron como embajador en el Vaticano. Ya se va a Roma un republicano que no tiene dogmas. Cuando gobernador de Querétaro, rentó el estadio de futbol para un evento católico, lo que le provocó enormes críticas. El pragmatismo no existía en aquella época maniquea. Pero hoy son otros tiempos. Aquel pecado capital político, es ahora una virtud.

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