Rompiendo paradigmas

David López Cárdenas

En medio de un intenso ejercicio deliberativo que hace décadas no se veía en el Congreso de la Unión, el miércoles finalmente se dio por concluido el ciclo legislativo de transformación nacional propuesto por el Ejecutivo federal desde el inicio de esta administración.

Con la aprobación en el Senado de las últimas disposiciones reglamentarias, la reforma energética se coloca en la antesala de la promulgación, concluyendo así el proceso emprendido en diciembre de 2012 con la firma del Pacto por México.

Las reformas estructurales en materia educativa, fiscal, político-electoral, de telecomunicaciones y energética, constituyeron la columna vertebral sobre la cual se construyó el proyecto de nación que el Presidente Peña ha impulsado sin titubeos y a pesar de las naturales resistencias.

Mucho se habla del costo político que estas reformas tendrán para el partido en el gobierno ante la proximidad del proceso electoral intermedio de 2015; sin embargo, poco se habla del costo histórico que representaba permanecer inmutables y continuar con un modelo político-económico obsoleto y completamente desfasado a las exigencias de la realidad social mexicana.

Los cambios trascendentales en cualquier país traen efectos de impopularidad. A pesar de ello, esa fue la apuesta del Presidente Peña al volcar todo su capital político en aras de una verdadera transformación, rompiendo con los viejos paradigmas de los placebos constitucionales cuya única finalidad era retrasar el inminente colapso de nuestra economía.

La corta visión y la predictibilidad de los partidos de izquierda ya descubren cuál será el estandarte que abanderará sus escasos argumentos rumbo a los comicios del próximo año y, fieles a su costumbre, basarán su propuesta política en la confrontación y la repetición de mentiras.

En la incuestionable determinación del Presidente Peña es en donde los opositores buscan ese recoveco que los salve de la desaparición y han decidido socializar el desgastado discurso que plantea un escenario catastrófico para los mexicanos a consecuencia de las reformas estructurales y la falsa idea de revertir la modernización del marco normativo a través de un instrumento carente de fuerza para suplantar al constituyente permanente.

El juicio de las reformas constitucionales corresponderá a la historia y no a un puñado de demagogos que, preocupados por preservar el registro como partidos políticos, se empecinan en obstaculizar la incursión de México en la coyuntura global.

 PUNTO FINAL. Por primera vez en la historia se llevó a cabo por parte del Presidente de la República el abanderamiento de una delegación deportiva juvenil que, este año, participará en importantes competiciones internacionales.

La preocupación por encauzar el potencial de los jóvenes mexicanos y la voluntad de acompañarlos en sus triunfos es un buen augurio para este importante sector de la población.

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