“Shale Gas” en Estados Unidos

“Shale Gas” en Estados Unidos
Por:
  • larazon

Emilio Sánchez Santiago

Mientras los políticos de izquierda en México proclaman su decisión de oponerse con la vida misma, si fuese necesario, a la apertura de Pemex al capital privado (tanto nacional como extranjero), los Estados Unidos avanzan con paso firme en la explotación de las “lutitas”, o esquistos bituminosos, conocidos en inglés como “shale gas & oil”.

De acuerdo a la SENER los yacimientos de aceite y gas en lutitas se definen como un sistema petrolero de rocas arcillosas orgánicamente ricas y de muy baja permeabilidad, que actúan a la vez como generadoras, almacenadoras, trampa y sello. Para que el sistema funcione como yacimiento se requiere crear permeabilidad a través de la perforación de pozos horizontales que requieren fracturamiento hidráulico múltiple, para inducir el flujo de fluidos hacia el pozo.

De acuerdo con un reciente estudio de la empresa McKinsey Global Institute, la situación del sector petrolero de Estados Unidos está cambiando rápidamente como resultado de la expansión de la producción de gas y petróleo en lutitas. La producción de gas proveniente de estos yacimientos, ha aumentado a una tasa anual de 50% durante el periodo de 2007 a 2012. La producción de petróleo ligero ha aumentado a tasas anuales aún mayores a la del gas.

McKinsey considera que el impacto directo que la expansión de la producción de gas y petróleo bituminosos, puede tener sobre el Producto Interno Bruto de Estados Unidos, sea un incremento de hasta 4% del PIB, lo que equivale a 690,000 millones de dólares; esto traería consigo un aumento de 1,700,000 nuevos empleos permanentes, bien pagados, para trabajadores industriales calificados, sin un título universitario.

Una consecuencia muy importante de esta nueva fuente de energía para los Estados Unidos, es la de crear energía “barata” para la industria manufacturera que depende fuertemente del consumo de gas como su fuente de energía básica. Dentro de este conjunto de industrias habría que incluir a la producción de petroquímicos, fertilizantes, resinas sintéticas, acero, vidrio, papel, celulosa, plásticos y empaques.

El precio de gas en Estados Unidos ya ha caído en forma significativa, de 13 dólares por MMBtu en 2008, a 4 dólares en el primer trimestre de este año.

Con este costo de gas, las ramas industriales antes señaladas adquieren una nueva competitividad a nivel internacional.

La rápida expansión de la producción de gas y petróleo provenientes de lutitas en Estados Unidos, hace pensar que de seguir estas tendencias, sea posible que nuestro vecino del norte se convierta en un exportador de gas natural líquido (“LNG”), y reduzca sus importaciones de petróleo crudo. No es descabellado imaginar que en este escenario, Estados Unidos alcancen una balanza petrolera equilibrada en 2020, es decir, que sus importaciones sean iguales a sus exportaciones.

Otra importante característica de esta expansión de la producción de gas y petróleo en Estados Unidos, es la de que está siendo financiada con capital privado, tanto norteamericano como europeo.

El traer estas consideraciones a la atención de la opinión pública, no pretende sugerir que México copie burdamente lo que otros países hacen, sino que los mexicanos tomemos en cuenta las tendencias internacionales al decidir cómo debe operar la industria petrolera en México. El aferrarse dogmáticamente a paradigmas del tiempo de Don Adolfo Ruiz Cortines, no ayuda al crecimiento económico del país y mucho menos a la creación de empleos permanentes bien pagados.

emsanchez@prodigy.net.mx