Z-40, misma estrategia corregida y aumentada

Elisa Alanís.

La captura del Z-40 es una buena noticia. Independientemente de las reacciones violentas o de debilitamiento de los narcotraficantes, capturar a uno de los hombres más sanguinarios y poderosos del crimen en el país es digno de celebrarse.

¿Estamos viendo una estrategia diferente a lo que se hacía en el sexenio anterior? En el uso de la fuerza es la misma, en la manera de comunicar y complementar la lucha es distinta.

Los resultados aún no sabemos si serán diferentes. Parece que no, pues el modelo económico, de incentivos y prohibiciones, tanto para delincuentes como consumidores, sigue siendo el mismo.

Es decir, la variable de enfrentar a los miembros del crimen organizado en el gobierno de Enrique Peña Nieto es, básicamente, la misma que la del gobierno de Felipe Calderón.

La Marina Armada de México sigue siendo el actor más confiable para llevar a cabo los operativos que usan la fuerza del Estado. El Ejército Mexicano permanece en las calles y en labores policiacas. La Policía Federal se mantiene como grupo de apoyo selectivo con altos niveles de ineficacia. Las procuradurías siguen hundidas en sus procesos de descomposición. Los jueces continúan aplicando criterios formales y legalistas sin que las reformas en derechos humanos y justicia penal sean una realidad. Y por lo poco que se sabe, aún sin Iniciativa Mérida, el gobierno de Estados Unidos sigue presente en este combate.

Lo que visiblemente cambia es la manera de comunicar y complementar.

La forma en que salió la noche del lunes 15 a dar la noticia el vocero de seguridad del gobierno federal, Eduardo Sánchez, contrasta con las presentaciones y juicios mediáticos anteriores. Se cuidan la transparencia, el debido proceso y la imagen del Presidente en una agenda más amplia a la de la guerra contra el narco.

La estrategia tiene como fundamento un Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delinciencia. Y toda una estructura para trabajar de manera interdisciplinaria el tema de prevención del delito y atención a jóvenes.

Está corregida y aumentada pero esencialmente es la misma, ya que el modelo, en el fondo, es igual. No cambia el paradigma económico y legal.

El consumismo está presente y se mantiene el incentivo de acumulación de riqueza, sin políticas de redistribución y auténtica generación de oportunidades laborales y educativas como prioridad.

La corrupción de empresarios y políticos sigue siendo la gran apuesta, pues la impunidad es la regla general.

No hay una propuesta institucional seria para romper con la estructura a través de la legalización de algunas drogas, la ampliación y defensa real de derechos, u otras acciones planteadas por gobiernos y organismos internacionales. A lo más que se ha llegado es a decir que se abra el debate.

Pero hoy es una buena noticia para la sociedad la detención del Z-40 y sin duda abona buenos puntos a Enrique Peña Nieto y, por mucho que critique el PRI el pasado, da un espaldarazo a lo que hacia Calderón.

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