En 1976 los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, ganaron el certamen para construir la nueva sede del Colegio de México porque lo concibieron como un espacio para hacer comunidad. Ahora ese inmueble está en proceso de ser declarado Monumento Artístico del país para festejar las nueve décadas de vida del primero.
“En ese concurso todos los participantes, excepto nosotros, presentaron edificios en el Pedregal, yo discutí con Abraham, yo no concebía una escuela en altura. Un colegio es un lugar de comunidad y para eso necesita lo único que hace comunidad: un inmueble bajo con un patio”, expresó González de León.
Durante la presentación de las actividades que realizarán las secretarías de Cultura federal y de la Ciudad de México, El Colegio Nacional y El Colegio de México, para celebrar los 90 años de uno de los creadores más representativos del país, Rafael Tovar y de Teresa aseguró que González de León se ha nutrido de todas las artes para “integrarlas a su obra y a un patrimonio arquitectónico colectivo. Ha creado en México una tradición y enriquecido la vida de millones de mexicanos”.
En ese sentido el diseñador detalló: “la arquitectura tiene que operar como creador de encuentros para hacer comunidad. Lo ganamos (el concurso) porque al director de esa época —Víctor Urquidi— le pareció formidable la idea del patio, lo mismo que al presidente Echeverría, ese espacio abierto, que tiene una gran boca donde se ve el paisaje, en aquel tiempo era la imagen salvaje de la piedra”.
“Cuando se inauguró, Echeverría prometió: yo voy a congelar ese espacio para que nunca se construya nada…palabras, pero la boca existe, enfoca edificios ahora, y todavía un poquito de lava”, agregó.
Ahora, el arquitecto trabaja en la ampliación de la biblioteca de ese recinto, y considera que una declaratoria no dejaría al edificio detenido en el tiempo. Nombrarlo Monumento Artístico “no es paralizante si es un edificio dinámico. El chiste es que los aumentos sean imperceptibles, aunque sean grandes”, aseguró.
María Cristina Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), comentó que el proceso para la declaratoria llevaría alrededor de seis meses, pero ya está en curso.
“El Colegio de México —dueño del edificio— ya hizo la petición formal, hemos tenido reuniones con Silvia Elena Giorguli, presidenta de la institución y ya nos ha llegado la solicitud para hacer los trámites y estamos preparando toda la documentación”.
La visión arquitectónica del creador nacido en la Ciudad de México busca integrar los todos los elementos del paisaje con sus construcciones. “En lo personal creo que debemos reconciliar nuestra ciudad con su geografía y recuperar sus lagos; creo que es factible hacerlo, de hecho es un sueño. Esa tarea la hemos propuesto desde hace 20 años, pero es fácil hacerlo, cada vez menos porque hay mucha gente que vive en las partes inundables, sin embargo aun la porción de agua puede ser muy significativa para la capital”, explicó González de León.
Para crear nuevas generaciones de arquitectos, “la clave es enseñar a pensar en tres dimensiones, a concebir de esa forma, no en un dibujo plano, sino a crear ideas arquitectónicas, no ideas sobre arquitectura”, detalló.
Como parte de los festejos el Museo Tamayo expondrá una escultura creada por el arquitecto. “Está toda diseñada por mí hasta el último tornillo —porque se desarma—, sin la participación de ningún ayudante. Es de madera, la concebí para estar dentro de un espacio, es de madera de pino de segunda porque es bellísima, pues tiene vetas y nudos y eso es lo que me interesaba.
Es un cubo de 6x6x6 que tiene triángulos en las caras y tubos de acero haciendo una maraña que crean un techo por dentro que el espectador va a ver cuando se meta”, concluyó.
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