Carlos Velázquez: ir a conciertos te permite lidiar con la vida

Para el escritor Carlos Velázquez asistir a un concierto en vivo implica un derroche de energía que le permite a las personas lidiar con la vida; por ello, a casi un año de que se cancelaron los espectáculos musicales en vivo por la crisis sanitaria derivada del Covid-19, considera que ha sido una situación dolorosa.

“Si hay algo que necesitamos, y lo estamos viendo durante la pandemia, es la catarsis; creo que toda esa gente que va a conciertos y hace un derroche enorme de energía, de esta manera lidia con el día a día, con su vida, con sus problemas; por ello, terminar con éstos ha sido desesperante. Sin embargo, por muy feo que se ve el panorama desde el presente, en algún momento esto va a terminar y vamos a volver a recuperar la música en vivo tal y como la conocíamos”, expresó en entrevista con La Razón.

Como una manera de rendir homenaje a los shows en vivo y de dar cuenta a los lectores de la importancia que ha tenido la música en su vida y quehacer literario, Carlos Velázquez publica Mantén la música maldita (Sexto Piso, 2020), en el cual desfilan desde Soda Stereo, Marilyn Manson y Marky Ramone, hasta Nick Cave.

“El principal objetivo de las crónicas al momento de escribirlas era divertirme y compartir todas las tonterías que le pasan a uno de manera involuntaria en los conciertos en vivo”, explicó.

En el libro reúne textos que publicó en la revista Reporte Sexto Piso, en los que destaca el lenguaje desenfadado e historias que van desde el consumo de “mota” en el Peñón de los Baños, cómo sin un peso logró ir a un espectáculo de Marky Ramone y cómo vivió un concierto de Iggy Pop.

“Una de mis historias favoritas de un concierto, pero que no está en el libro, es una vez que fui a San Diego a ver a los Who, lo recuerdo con muchísima emoción, era la primera vezque acudía a uno de sus shows. Fui con mi editor, terminando el espectáculo acudimos a un bar a tomarnos unas cervezas, pero nos echaron, nos acusaron de vandalizar el baño, lo cual era mentira, al parecer le caímos mal a la bartender”, rememoró.

Para el también autor de Aprende a amar el plástico, el compendio resume sus décadas de adicción por la música, la cual inició desde que “era chavito”.

“Empecé a escuchar rock allá en el barrio, pero la primera banda que me voló la cabeza fue los Doors y la cosa no paró ahí, era de escuchar una agrupación, luego otra, conseguir discografía, buscar quién me prestara algún álbum que me faltara, con quien intercambiar música y se fue convirtiendo en una parte importante de mi vida”, compartió.

Mantén la música maldita también da cuenta de su encuentro con el vocalista de la banda Pellejos, cuando asistió al concierto de Soda Stereo en el Estado Universitario de Monterrey y al del Muertho de Tijuana; o cuando tras un Vive Latino casi pierde un vuelo que lo llevaría a un encuentro literario.

“YO SOBREVIVÍ AL VIVE LATINO”

Por Carlos Velázquez

Me costó casi diez segundos reconocer que se trataba de un techo. Estaba tirado en el piso. Cuan largo soy. Lo primero que pensé fue: Carlos, ya tienes treinta y siete años. Eres un padre de familia. Ya no puedes seguir perpetrando este tipo de osos. Me sentía Casper al final de Kids. Jesus, what happened? Me encontraba en un baño. Revisé mi bolsillo izquierdo. Celular sin extraviar. ¿Mi cartera? No me la habían robado. Me palpé el culo. Incólume. No era penal, murmuré. No estoy crudo. Sigo pipa. Qué digo pedo, lo que le sigue. Qué horas son, mi corazón. Qué horas son en Torreonistán. Que horas son en Old Town. Qué horas son en la Interzona. Guaché mi cel. Eran las cinco de la mañana. Me gusta la machaca, me gustas tú. No he pagado el internet, puta madre.

Me arrastré cojeando como un Joe Manteca del subdesarrollo hasta una ventana. El rumbo me horrorizó. ¿Calcuta? ¿Bombay? ¿Cidade de Deus? No. La colonia Guerrero. Es una pena que Kevin Carter se suicidara. Una vuelta por el Kantinflas y se habría ganado otro Pulitzer. Echado sobre un camastro roncaba Ike. Un mercenario que se hace pasar por un artista visual. Aterricé. Estaba en su estudio. Me invadieron escalofríos. Mi cuerpo ardía. Como si acabara de ser atacado por un regimiento de aguamalas. ¿Será el ácido úrico? ¿Serán los dioses ocultos? ¿O serás tú? Me desparramé junto a Ike [...] ¿Vas a perder el avión, verdad, Charly? Era domingo. Debía salir rumbo al aeropuerto a las 7 a.m. Si me odias o me deseas algún mal, prográmame un vuelo temprano. Mis detractores te lo agradecerán.

A las 2 de la tarde estaba programado para leer un fragmento de mi novela en la Feria Universitaria del Libro en Monterrey. Mis bártulos, un mísero cambio de bombachas y con mi computadora, estaban en la colonia Roma, en casa de Mente Sucia [...]

Fragmento tomado de Mantén la música maldita.