Puesta en escena

La duquesa de Malfi, un espejo de la sociedad actual

Se presenta en el Teatro Helénico viernes, sábados y domingos, hasta el 14 de abril

La duquesa de Malfi.
La duquesa de Malfi.Foto: Cortesía Centro Cultural Helénico
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En La duquesa de Malfi, la tragedia, en forma de muerte, se apodera del escenario. Pero las diferencias, la intolerancia, el parentesco, el odio, la locura, la lealtad, el arrepentimiento, el amor, perecen ante la luz de una esperanza, de una nueva generación que supere el pasado sangriento y tome sentido a su propia existencia para alumbrar tiempos venideros.

Fechado en 1614, el texto de John Webster vuelve a escena después de 410 años de su estreno en Gran Bretaña y se monta por primera vez en nuestro país. Qué espejea la obra de nuestra sociedad contemporánea, qué similitudes existen entre el trágico amor de La Duquesa y Antonio con las historias de miles de mujeres de la actualidad, y qué pensar del poder y quienes siguen sus órdenes.

Han pasado más de cuatro siglos y las palabras del dramaturgo inglés resuenan en el Teatro Helénico, donde actualmente cuenta con una adaptación (de Daniel Martínez y Ramón Márquez Cadaval), dirigida por Ruby Tagle.

Situada entre 1504 y 1510, la historia presenta a la duquesa de Malfi, una hermosa y joven viuda que vive en un castillo habitado por una corte que busca apropiarse de su voluntad. La mujer camina entre sirvientes mercenarios, religiosos mezquinos, aristócratas sanguinarios y un empleado fiel, Antonio, del cual se enamora y a quien desposa en contra de los designios de su parentela.

En la puesta en escena, los extremos están emparentados (por un lado, la duquesa, y por otro, sus dos hermanos –el Cardenal y el Duque–) y en medio de ellos se encuentran conceptos como la moral, la dignidad y el amor, que son resignificados por cada uno de ellos, quienes los hacen suyos de maneras diametralmente opuestas.

La figura central, que anuda los hilos de las historias y da perspectiva a la tragedia, es un criado (Bósola), quien sirve a oscuros mandatos; observa cómo su discreción se convierte en cómplice, la paciencia se desvanece, la virtud se pervierte y la fortaleza es puesta a prueba en una emboscada constante.

El poder corrompe, los serviles a éste siguen sus deseos, se convierten en artífices de asfixiantes hechos y crueles torturas, cuestionan, pero continúan con sádicas acciones, prefieren ser fieles que honrados, aceptan que viven en un mundo de hipócritas y traidores que envenenan en la hora final.

La Duquesa de Malfi es una compleja y densa reflexión sobre el poder, el libre albedrío, las consecuencias de las acciones propias y el juicio de ellas, el deseo de “caer de una vez, que siempre estar cayendo” y también la justicia que persigue a los culpables porque “no hay valle profundo que no esté cerca de un cerro”.

En la pureza del amor y la felicidad se anidan las intrigas, los intereses ocultos, el dominio, la anulación y el asesinato. La puesta en escena es un llamado a la imperiosa necesidad de reconocer la libre determinación de todas las personas.

La duquesa de Malfi
  • Cuándo: Viernes, 20:00 h; sábados, 19:00 h y domingos, 18:00 h, hasta el 14 de abril
  • Dónde: Teatro Helénico
  • Costo: Planta baja: $410, planta alta: $360