Ennio Morricone, música para la eternidad

“Yo, Ennio Morricone, he muerto”, así se despidió en una carta el célebre compositor italiano, quien falleció la madrugada de ayer, a los 91 años, en una clínica de Roma tras complicaciones de una caída que sufrió. Pidió un funeral privado para no “molestar” y refrendó su amor a su esposa, María Travia.

“A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”, expresó. Se despidió de sus hijos, amigos cercanos y “esos un poco lejanos”.

Morricone, quien se caracterizó por su música emocional y conmovedora, es reconocido por las bandas sonoras de filmes como Los ocho más odiados, Cinema Paradiso, Kill Bill, Por un puñado de dólares y El bueno, el malo y el feo y, por mencionar algunas de las 400 composiciones que hizo para el séptimo arte.

Con su muerte ”se pierde a uno de los hombres que le dieron al cine una memoria colectiva en torno a la sensibilidad y al sentido de la emoción, la ternura y la añoranza”, destacó a La Razón, el crítico de cine Gerardo Gil.

“Es uno de los personajes del cine que construyeron el perfecto binomio entre imagen y sonido. Deja el legado de una obra extensa y de calidad insuperable. Pero también algo fundamental, que es el gran arte musical al servicio de la cultura popular”, apuntó.

El director asociado de la OFUNAM, Iván López Reynoso, destacó que Morricone deja en su obra “un espectro muy amplio de emociones. Su música no es programática, ni esquemática, sino emocional y conmovedora”. Resaltó que en el filme La misión, el italiano lega una música “muy poderosa y capaz de transmitir emociones prácticamente por sí sola”.

“Lleva la tensión dramática y la emotividad de la película misma y ésa es una gran virtud no fácil de conseguir. Esto lo podemos ver también en Los ocho más odiados y El bueno, el malo y el feo”, agregó López Reynoso.

Morricone comenzó a componer a los seis años e incursionó en el cine primero como escritor fantasma y luego haciendo música. El primer filme para el que concibió música fue Por un puñado de dólares, en el que junto a su director, Sergio Leone, creó un punto de vista diferente del western tradicional, que despues se conocería como el spagueti western.

En 2006 recibió el Oscar honorífico por su trayectoria y en 2016 ganó la estatuilla en la categoría de Mejor Banda Sonora, por Los ocho más odiados.

El próximo octubre, Morricone y el también compositor John Williams estaban citados en España para recoger el premio Princesa de Asturias de las Artes, su vida dedicada a la música y al cine.

No sólo cautivó a la gente común, sino también a músicos como el célebre violonchelista Yo-Yo Ma, quien lo despidió con una interpretación de un fragmento de Cinema Paradiso. “Atesoro el tiempo que pasé con él, la inspiración de su composición, la autoridad de su dirección. Nunca olvidaré la forma en que describió la música como ‘energía, espacio y tiempo’”, escribió en sus redes sociales.

El violonchelista mexicano Carlos Prieto, amigo de Yo-Yo Ma, recordó la vez que su colega le dijo que “le tenía una grande admiración a Morricone, inclusive, había grabado un disco con una serie de arreglos para violonchelo y orquesta, con obras de él”.

Prieto también considera a Morricone como una leyenda. “El bueno, el malo y el feo me causó una gran impresión musical, ninguna otra ha hecho eso; me pareció de una gran belleza y originalidad”, destacó.

De esta manera, el recuerdo de Ennio Morricone permanece en su música, con la cual seguirá generando emociones.