Francis Alÿs presenta un rescate de la memoria lúdica

El artista belga Francis Alÿs, presenta en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) su exposición Juegos de niñxs, 1999-2022, a través de la cual pretende hacer un ejercicio de rescate y preservación de la memoria que se extingue debido a los dispositivos digitales, mediante la proyección de cortometrajes en los que documentó las diferentes formas en las que los infantes juegan en el mundo.

Se trata de un ejercicio etnográfico que transmite la sensación de comunidad global en lo general, pero que en lo particular arroja destellos muy minuciosos que dan identidad a cada región retratada.

“La razón principal de esta serie es registrar un momento de transición. No estoy juzgando, ni diciendo que estamos mejor o peor. Tampoco trato de explicar qué está pasando; vivimos un momento de transición y me parece importante registrarlo”, dijo Francis Alÿs en conferencia de prensa.

La muestra, que podrá ser visitada del 11 de febrero al 17 de septiembre, se plantea como un documento para preservar una parte de la cultura que, con la creciente dependencia de las infancias a los dispositivos electrónicos, el excesivo tránsito de vehículos en las calles y los riesgos a los que se enfrentan algunas naciones, se encuentra a punto de desaparecer.

La muestra presenta imágenes de las infancias practicando juegos, como brincar la cuerda, las traes y las canicas; sin embargo, hay algunos que son particulares de algunas regiones, como en México, donde niños juegan a dispararse simulando armas con ramas. O en Irak, donde una docena de pequeños juegan futbol con un balón imaginario, debido a que en aquel lugar ese deporte está prohibido.

“El futbol es un juego esencial en todo el mundo y la ausencia de pelota se me hizo representativa, por lo que vivieron esos niños. El video fue filmado en 2017, en el mes de la liberación de Mosul de ISIS y esos niños, como acto de resistencia heroica, se inventaron el juego de evadir la prohibición de la pelota, que era visto como un deporte europeo”, explicó Alÿs.

A pesar de las similitudes en los juegos, existen algunas dinámicas que son un reflejo del entorno social que caracteriza a cada región: “Hay una dimensión del juego como manera de los niños para enfrentar la realidad. Los adultos hablan para procesar sus emociones, mientras las y los niños juegan”, apuntó el artista.

Francis Alÿs agregó que los juegos tienen una doble dimensión, pues, además de ser una forma de entretenimiento, también reflejan una parte de la realidad del lugar en donde se juegan: “Una primera dimensión busca inmediatamente registrar el juego y la otra es dejar el testimonio de un momento particular de nuestra sociedad”.

A través de tres oscuras salas equipadas con pantallas, los visitantes conocerán mediante cortometrajes de apenas unos minutos, cómo es que las y los niños de todo el mundo juegan y se divierten. Las dinámicas documentadas no requieren de aditamentos ni tecnología, sino de imaginación, destreza y organización.

“Las condiciones de los juegos que Francis y su equipo han filmado son: que no requieran de aparatos complicados y que tengan un nivel tecnológico bajo, lo cual denota su antigüedad, pero también, el que no estén interferidos por la cultura de videojuegos, provoca que registren una sociabilidad y una autorrealización muy notable”, explicó a los medios de comunicación el curador de la muestra, Cuauhtémoc Medina.

Apuntó que son juegos que, por lo general, tienen pocas reglas con las que las y los niños aprenden a negociar, pues están regidos por una serie básica de acuerdos que han quedado preestablecidos a través de las generaciones, aunque casi nunca están escritos.

Es fácil notar las similitudes que hay entre los juegos de un lugar y otro; los visitantes podrán identificar fácilmente muchas de las dinámicas que Francis y su equipo documentaron: “Hay algunos que jugamos en la Ciudad de México y ahora nos damos cuenta que los están jugando en Pakistán”, abundó Cuauhtémoc Medina, quien agregó que parte del propósito de la muestra es generar conciencia entre los visitantes sobre esta cultura mundial que se está extinguiendo.