K’uínchekua, la magia de la fiesta cultural mayor de Michoacán

Vivir la experiencia del K’uínchekua es algo que no te puedes perder, pues se trata de la máxima concentración de la cultura michoacana, especialmente la música y la danza.

La zona arqueológica de Tzintzuntzan se convierte en el escenario perfecto para resaltar las tradiciones de las ocho regiones que componen el estado.

Cabe mencionar que este espectáculo está a cargo de miembros de cada una de las comunidades que han trabajado para que sus tradiciones no se pierdan, pasando sus conocimientos ancestrales de generación en generación.

En este espectáculo, toda la cultura de Michoacán se convierte en la voz de todas las comunidades, las cuales exportan la danza y su música a todo mundo, para que éste las descubra y la disfrute.

Este evento muestra la tradición, arte, y costumbres de las comunidades indígenas presentes desde el oriente hasta la costa de la Tierra Caliente, del Bajío y del Occidente del estado.

La caminata para llegar al escenario en donde tiene lugar este espectáculo se cubre de tonos azules, morados y colores cálidos, que hacen a los espectadores sentir que viajan al pasado.

Cerca de tres mil personas se dan cita cada noche para vivir la experiencia de la fiesta cultural más gande de Michoacán, la cual concluirá este domingo 17 de marzo.

Una de las piezas que más resaltan del evento es la ceremonia del Fuego Nuevo , al igual que el el juego de pelota, mismo que forma parte de la mitología purépecha. En este espectáculo, la valentía de los participantes deja maravillados a chicos y grandes.

Se debe mencionar que en la “fiesta grande”, los participantes también buscan rescatar y resaltar su lengua, la purépecha, por lo que en cada ocasión que se cuenta una historia o hay una participación oral se habla en este idioma milenario.

Los más jóvenes de la comunidad tuvieron su momento en la danza de Tsapichus de la comunidad de Sicuicho, en la Danza de pequeños, en donde con mucha gracia y respeto interpretaron las piezas originarias.

El propósito de que los niños tuvieran una participación en casi cada pieza que se mostró es el de preservar las tradiciones que trasmiten de generación en generación.

La tradicional danza de Los Viejitos de Jarácuaro no podía faltar, pues es una de las representaciones más significativas de la cosmovisión de los purépechas. Se trata de una danza agrícola en la que los intérpretes, con sus particulares movimientos, le piden permiso a la tierra para sembrar la semilla del maíz.

Los vestuarios también son obra de los artesanos michoacanos, que con sus colores y detalles hacen que cada momento sea único.

Tzintzuntzan, el lugar donde vive la tradición

En el municipio de Tzintzuntzan, en Michoacán, la fiesta no para y es que desde temprano puedes asistir a eventos como los de las cocineras tradicionales, el Convite y conciertos.

Con las cocineras tradicionales puedes disfrutar de diferentes platillos típicos de la región, como tacos de charales, quesadillas, gorditas de guisados, mole, corundas, pan de horno y gazpacho.

En entrevista para La Razón, la señora María de los Ángeles, cocinera tradicional del municipio, narró que desde hace 52 años hace tortillas, cosa que aprendió cuando tenía 16 años para poder alimentar a su familia.

La dueña de la panadería Santa Cruz comentó a este medio que llevan 16 años laborando en ese establecimiento, el cual preserva las recetas de su madre.

“Aquí les gusta mucho el pan de trigo y también lo que se llevan mucho es la empanada de chilacayote”, dijo y precisó que las empanadas que realizan son con rellenos naturales y hechos por ellos mismos.

Otras artesanías que hay en el lugar son las vestimentas típicas de la región, figuras y utensilios de barro, sombreros decorados a mano, así como bolsas, muebles y figuras decorativas de chulpata.

El artesano Misael, de la comunidad de Santa Cruz, especializado en las artesanías de Panícula señaló que es la sexta generación que trabaja con popotillo.

“Para nosotros, las artesanías son algo trascendental, somos una familia completa de artesanos que se dedican solamente a la elaboración de este tipo de figuritas” expresó.

Agregó que se trata de mandas y colibríes, que originalmente son obra de su maestro en este arte Antonio Corlenio.

“Tzintzuntzan significa ‘lugar de colibríes’ y se dice que los antiguos purépechas creían que era un animal muy mágico, porque era el único que podía trascender en las tres dimensiones, por el mundo terrenal y celestial”, finalizó.