LEER POR LEER ES NO SABER

LEER POR LEER ES NO SABER
LEER POR LEER ES NO SABER
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-¿Qué son esas cagaditas de mosca? - preguntó su hijo de 5 años.

Por un instante se deprimió al pensar que la lectura era un arte olvidado y por consiguiente, la escritura, a la que le había dedicado la mayor parte de su existencia, era obsoleta. En este mundo Tecno dependiente, leer y escribir no eran tan necesarios como grabarse, aún quedaban muchos pero, cada vez eran menos, los centros escolares dejaron de ser pieza angular del proceso de enseñanza aprendizaje y se convirtieron en un lugar para dejar a los vástagos para que se entretuvieran y dejaran a sus padres trabajar desde sus aparatos y dispositivos electrónicos. Suspiró.

-Son letras hijo y las letras hacen palabras y estas últimas son nuestras ideas.-

-¿No es más rápido grabarlo?-

Que se le contesta a un argumento irrefutable, no sólo era más rápido, también tenía un mayor alcance. Esa sentía que era la tragedia, si la sociedad seguía este camino, en 2 generaciones, la palabra escrita sería obsoleta y no parecía que hubiera nada qué hacer al respecto.

El recuerdo de su padre era recurrente, en especial desde que el evento había sucedido. Un día, una noche, una tarde, un instante, en medio de la nada, encima de todo, nadie supo cuándo, cómo, dónde o porqué, solo pudimos nombrarlo y fue genérico, “El evento”, nombre que corrió de boca en boca pero, seguimos sin saber que fue, yo creo que se trató de una explosión solar, que lanzó tal cantidad de radiación que mandó al olvido nuestros sistemas, se me hace más lógico que la teoría de ”la conclusión del experimento extraterrestre sobre nuestra evolución” pero, sin importar que versión fuera cierta, eso era lo de menos, el resultado era el mismo, “la nube” se evaporó… junto con todo lo demás y del pañuelo del planeta, nos encontramos aislados, agorafóbicos y… analfabetas. Por eso estoy recordando ese momento de hace 55 años y agradezco que fuera tan terco como para enseñarme a leer, estoy recordando algo que nunca practiqué, si con mi padre eran pocos, en esta época, debemos ser apenas un puñado y el aislamiento prácticamente nos desaparece.

Hemos encontrado algunos libros, novelas en su mayoría así que no he podido hacer nada más que leer silabeando para entretener a algunos niños que a{un lloran por la abstinencia de las tabletas o las consolas de videojuego portátiles, ojalá y encontrara algún libro de crianza de gallinas o uno de control de plagas en cultivos.

Las bebidas frías es algo que di por sentado, extraño el hielo, no solo para evitar que se pudra todo en este insoportable calor tropical sino por la sensación en los labios, aún así somos privilegiados, aquí hay comida en abundancia, pesca y caza… cuando aprendamos a hacerlo con arco y flechas o aprendamos a hacer balas.

Otro intento fallido, sin importar lo que hagamos, no conseguimos generar electricidad, ni siquiera la estática, es como si el evento, hubiera acabado con los polos y nos hubiera puesto en punto neutro y envuelto en aislante, simplemente no hay cargas…

Estoy intentando enseñar a leer pero, no hay forma, no tengo la habilidad así que estoy poniendo a todos los que puedo a escuchar y luego les muestro la palabra, quizá así lo logre pero, lo que verdaderamente me asombra, es lo inútiles que somos, nosotros que pensamos saberlo todo no tenemos ni idea de que hacer sin las 3 niñas. Alexa, Cortana, Siri, cada vez suenan menos sus nombres, ahora su mención no levanta ojos esperanzados, ni silencios en espera de respuestas. No las hay, no importó nuestro avance, todo se acabó en un instante y no supimos ni sabremos, que lo provocó, como revertirlo o como salir de esto. Caen fulminados en la calle, por falta de medicamentos, por inanición, por infección o putrefacción y lo peor es que sé que debe existir algo escrito sobre lo que necesito saber pero, los libros que he leído no lo dicen y no leo tan rápido, al contrario, lo hago muy lento y quizá ahí, entre los pocos libros que aparecen esté una de las miles de respuestas que necesitamos.

No existe sociedad, el orgullo de la civilización no lo es más, hombre probos son ahora despiadados depredadores, no hay límites, solo sentido de la supervivencia. Me apresuran a leer, paso noches bajo la luz de velas y estoy perdiendo agudeza visual, no siempre entiendo lo que leo, saber leer no es sinónimo de lectura de comprensión, o licencia médica o ingeniería o agronomía… es un lento proceso pero tengo 60 años y la diabetes me está matando, lo que antes controlaba con pastillas ahora es una condena fatal…

A pesar de ir perdiendo la vista, sigo leyendo… ojalá aprendan otros antes de que me suma en la oscuridad…

Sigo leyendo y no encuentro nada que sirva…

Debo leer más rápido… quizá… debí leer por leer y así… ahora podría… saber.