Fallece el Kalimán Guzmán, el hombre increible

Fallece el Kalimán Guzmán, el hombre increible
Por:
  • larazon

Foto Franciso Lagos La Razón

Uno de los grandes constructores de la rica historia de Cruz Azul falleció la tarde ayer. La sonrisa de Javier Kalimán Guzmán se desvaneció en la ciudad de México, a donde llegó muy joven, proveniente de Veracruz, a ganarse un lugar dentro de las leyendas del futbol mexicano.

Guzmán, responsable de cinco de las ocho estrellas que adornan el escudo de la Máquina, perdió la vida a la edad de 69 años, tras una larga y complicada batalla contra una diabetes progresiva, enfermedad que provocó la amputación de su pierna derecha hace ocho años.

Javier Guzmán Colín nació el 9 de enero de 1945 en el humilde pueblo veracruzano de El Higo, donde se enamoró del futbol. A los 15 años ya había desarrollado grandes dotes técnicos que le hacían destacar en la liga local; sin embargo, ésta ya no podía cumplir con las exigencias que necesitaba el defensa central, que además poseía un envidiable golpeo de balón, por lo que buscó un lugar dentro de un equipo profesional.

El año de 1962, con 17 años de edad, se unió al Tampico, el cual descendió ese mismo año, pero para su fortuna Cruz Azul se hizo de sus servicios. No obstante, el inicio de la leyenda tuvo que esperar un poco más, ya que la zona defensiva celeste estaba bien cubierta en ese entonces, por lo que fue cedido a Pumas, club con el que jugó de 1963 a 1968.

Aquel lapso le hizo madurar futbolísticamente, y Cruz Azul pidió su regreso y, aunque aún no poseía un puesto de titular, fue parte del equipo que conquistó el título de la campaña 1968-69. Fue hasta la temporada 1971-72 cuando se apoderó de la titularidad en la defensa central e hizo pareja con Alberto Quintano.

Asimismo, Guzmán fue mundialista en México 1970, torneo en el que disputó los cuatro partidos del Tri y en ese mismo año fue bautizado por el cronista Ángel Fernández como el Kalimán, un personaje de historietas mexicanas con súper poderes, capaz de realizar hazañas de mayúsculas magnitudes.

Su compañero y amigo en Cruz Azul, Héctor Pulido, ya hacía énfasis en el personaje años atrás: “Héctor Pulido, me dijo: ‘¿Ya viste la revista de Kalimán?

pues te pareces a él, eres el hombre increíble”, recordaba Javier. Durante un partido contra la Unión Soviética, el defensa central evitó que el balón cruzara la línea de gol con una espectacular tijera, acto por el cual Ángel Fernández evocó el recuerdo del súper héroe durante su narración. El Kalimán inmortalizó el número 3 en su dorsal al ser parte de la generación que conquistó el tricampeonato de Cruz Azul: 1971-72, 1972-73 y 1973-74, y disputó su último partido el 26 de junio de 1977, a los 32 años de edad, cuando aún era poseedor de un alto nivel futbolístico.

Pese al retiro, Javier Guzmán se integró como entrenador de fuerzas básicas del Cruz Azul y llegó a dirigir en segunda división a Cruz Azul Hidalgo. Comenzó a alejarse del futbol al iniciar su lucha contra la diabetes y en los últimos años evitó las apariciones públicas, salvo en ciertos actos del equipo celeste. Quien fuera un defensa duro, aunque aclaraba que no era rudo, pasó la última década bajo una singular filosofía para enfrentar su enfermedad: “Serenidad y paciencia, Kalimán, serenidad y paciencia”, se decía a sí mismo.