Las crónicas potosinas de Octavio Guerrero

La publicación más reciente de Producciones El Salario del Miedo, proyecto editorial especializado en crónica narrativa y periodismo gonzo, se llama Nunca seremos esos personajes de Octavio Guerrero. Javier Ibarra reseña el libro del también autor de “Estorbo en la ciudad”, una columna de crónica / entrevista que aparece en la revista Galería 7C’S de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí

Las crónicas potosinas de Octavio Guerrero
Las crónicas potosinas de Octavio Guerrero Foto: Especial

Octavio Guerrero, nacido en San Luis Potosí, México en 1996, tuvo un breve paso en la carrera de Economía, pero al final terminó estudiando Lengua y Literatura Hispanoamericanas. Es su primer libro de crónica, y como explica el académico Joserra Ortiz en el prólogo, en sus textos hay “un espacio en constante construcción, un escenario donde se manifiestan las tensiones, las historias y las voces” de quienes habitan el estado ubicado en la región centro-norte del país.

Por mi parte, conocí a Octavio porque colaboró con Punkroutine, fanzine literario-musical que edité junto a mi amigo Benji Cárdenas entre 2012 y 2016. Según el cronista de 29 años de edad, quien está estudiando una maestría en literatura mexicana en la Universidad Veracruzana, ha tocado el bajo en bandas de rocanrol y gusta andar por las calles en patineta, gracias a la autopublicación se dio cuenta que la literatura puede ser punk.

Nunca seremos esos personajes, fue posible gracias al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico San Luis Potosí 2023. El libro incluye por 14 crónicas ágiles, juveniles y cochambrosas. Algunos protagonistas, artistas y grupos musicales del libro son amigos del propio autor, con quienes comparte un gusto en común, ya sea por la escritura narrativa o los versos de rap, los toquines de punk y el ambiente underground, así como el graffiti y el skateboarding, expresiones que en el libro sirven para conocer y recorrer los siete barrios de San Luis Potosí: Santiago, Tlaxcala, San Sebastián, San Miguelito, El Montecillo, Tequisquiapan y San Juan de Guadalupe, que fueron fundados entre 1593 y 1616.

EN EL CENTRO DE LO QUE PODRÍA SER UNA PUBLICACIÓN DESMADROSA Y CON UN AURA NIHILISTA, TAMBIÉN HAY UN TESTIMONIO CRUDO DE LO QUE VIVE LA JUVENTUD POTOSINA.

EN EL CENTRO de lo que podría ser una publicación desmadrosa y con un aura nihilista, también hay un testimonio crudo de lo que vive la juventud potosina. Por ejemplo, en “El cuarto azul”, crónica que abre el libro, Octavio visita a Aldo, un amigo que tiene desde la primaria, un rapero que se hace llamar AJOF y compone rimas sobre “tormentas y fantasmas”. Mientras motiva al autor de Nunca seremos esos personajes para que escriba sobre arte urbano y zonas marginales, sueña con salir de su ciudad a través del hip-hop, dejar de consumir drogas como la piedra, y abandonar también el mundo de las pandillas.

“En la colonia asaltan”, Guerrero expone cómo el crico se ha vuelto una sustancia ilícita muy peligrosa, pero al mismo tiempo popular en las calles. En “La pinche tocada nunca se va a acabar”, una de las piezas más emotivas, aborda el tema del suicidio al narrar el funeral de Jimmi Jazz, difusor de la cultura under; San Luis Potosí, como se menciona en el texto, vive una “especie de epidemia de tristeza” y es uno de los estados del país con un elevado índice de suicidios.

Entre música wepa (asociada con la cumbia y el ambiente sonidero), moda juvenil aesthetic, mariguana, chamarras con parches de la calavera del grupo de horror punk Misfits y slang potosino, Guerrero, a través de personajes reales como El Rey del Pantalón, vendedor ambulante que coloca su puesto de ropa en el tianguis de Las Vías y en El Mol de Los Reyes, logra dar a conocer leyendas urbanas de su ciudad, existentes desde el siglo XIX, específicamente en el Barrio de San Miguelito, como la de “La Loca Zulley”. Igualmente, en Nunca seremos esos personajes hace una narración personal sobre su camino para convertirse en escritor, al mismo tiempo que tiene que dedicarse a dar clases de español en una secundaria para salir adelante.

EL TÍTULO Nunca seremos esos personajes, recuerda el autor, surgió mientras patinaba con algunos de sus amigos. “Nos topamos con unos morrillos haciendo un chingo de desmadre, a mí se me hicieron muy parecidos a los personajes de [la película] Kids”, comenta Octavio. “Me di cuenta que nunca vamos a ser ellos porque en realidad somos nosotros… No somos nadie más que nosotros mismos.”

Guerrero explica que para él es un honor formar parte del catálogo del proyecto editorial que resiste y difunde la realidad de las calles de nuestro país:

J.M. Servín fue mi tutor en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) de 2023, trabajamos el libro durante meses y cuando ya casi se terminaba la beca, me dijo que ya tenía una editorial fuera de lo solemne para publicar mis historias a ojos de puro pinche vago. La neta yo nunca creí que me fueran a dar un apoyo gubernamental para narrar algo así, mucho menos que fuera a publicar en El Salario del Miedo.

Las crónicas potosinas de Octavio Guerrero
Las crónicas potosinas de Octavio Guerrero ı Foto: Especial