Vallesordo

Vallesordo, el debut del escritor español Jonathan Arribas (1997), sigue a Nico, un niño de un pueblo de Zamora que sueña con bailar en un reality show. Entre juegos, tardes de bici y la compañía de su perra y amigos, Nico enfrenta sentimientos confusos y el desafío de ser él mismo. La novela es un relato tierno sobre la infancia y el despertar de la identidad sexual, narrado por una voz original que nos recuerda la nostalgia de descubrir quiénes somos frente al mundo. Presentamos el inicio del relato con autorización de Libros del Asteroide

Vallesordo
Vallesordo Foto: Especial

Sabela es la profe que nos da Lengua y se llama así porque es de Galicia, y siempre lleva la cara con maquillaje y se pone lazos en el pelo, como el del otro día, que era rojo con lunares blancos. Paula dice que la profe es una repipi por eso, por ir a clase tan arreglada. Yo creo que es una profe divertida, no repipi, pero Paula es así de meticona.

A Sabela le gusta que escribamos cosas y ayer, al principio de clase, nos dijo que teníamos que escribir una redacción sobre nuestro verano más importante, y yo le pregunté si podía explicar un poco mejor eso y ella me contestó que el verano más importante es el verano más sig-ni-fi-ca-ti-vo, y yo dije ah vale, ya sé, pero no sabía, y estuve pensando en eso hasta que acabó la clase.

¿Tú sabías con doce años cuál era el verano más importante de tu vida? ¿Y hace cuántos años tenías tú doce años? No hace falta que contestes, no pasa nada, que preguntar la edad a alguien, así de repente, es de gente cuza, que lo decía abuela siempre.

¿TÚ SABÍAS CON DOCE AÑOS CUÁL ERA EL VERANO MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA? ¿Y HACE CUÁNTOS AÑOS TENÍAS TÚ DOCE AÑOS? NO HACE FALTA QUE CONTESTES, NO PASA NADA

BUENO, Y CUANDO SONÓ EL TIMBRE, me acerqué a la profe y le dije Sabela, yo creo que el verano más importante es este no, el pasado, el de cuando acabé quinto, pero no estoy seguro. No me dejó explicarle más. Está claro, Nico, dijo ella, no le des más vueltas al asunto, el verano de quinto es el verano más importante de tu vida. Y después de decir eso, se colocó el pelo por detrás de la oreja de una manera que me hizo pensar que tenía razón. Antes de salir de clase, le pregunté si había algún truco, porque siempre hay truco en estas cosas, y me dijo que sí, que el truco es contarle la historia a alguien. Te tiene que escuchar una persona, dijo, que así practicas en voz alta y luego escribir la redacción es más fácil. Y como tú me has preguntado por los deberes, pues te cuento a ti la historia y así voy entrenando.

Para coger carrerilla, voy a empezar unas semanas antes del verano, que es cuando pasó lo de las fotos y todo eso. Y luego ya te cuento lo del polis y cacos, lo de La Yesi, lo de Fama y las demás cosas. Si no nos da tiempo hoy, seguimos mañana, no te preocupes.

AVÍATE, NICO, QUE YA ES MÁS QUE HORA. Abuela levantó la persiana hasta arriba y entró toda la luz. Me quedé quieto, sin mover los ojos, y esperé a ver si se iba y me dejaba dormir más. Me hizo cosquillas en la barriga, y yo di media vuelta y tiré del edredón.

Abuela, que estoy malo. Hoy me quedo durmiendo. ¿Qué te pasa?

El estómago, que me duele. Anda, anda, más cuento que Calleja. ¿Te traigo el desayuno?

Los fines de semana o los días de diario cuando mi madre se iba antes de casa, abuela me traía el desayuno como los enamorados de las telenovelas. Me traía un zumo de naranja, un tazón de leche, un trocico de bollo maimón. Yo ya sabía quién me despertaba antes de abrir los ojos. Si la persiana subía de dos veces, ras, ras y chocaba con el tope, era mi madre. Si subía despacio, con un sonido como el de los fuegos artificiales cuando suben, antes de explotar, era abuela.

Vale, tráeme el desayuno, a ver si se me pasa.

Di el trabalenguas, entonces.

Abuela usaba lo del trabalenguas para espabilarme, porque como tenía que decirlo rápido, pronunciarlo bien todo, después ya no tenía sueño.

¿Entero lo digo?

Desde el principio, venga.

Había una cabra ética, perlética, perleticuda, mochicalva y hocicuda. Si no hubiera sido ética, perlética, perleticuda, mochicalva y hocicuda, los hijos no le habrían salido éticos, perléticos, perleticudos, mochicalvos y hocicudos.

Me revolvió el pelo y le pedí leche sin lactosa, porque la otra leche da olor a vaca y me destroza el estómago. A mi madre se le olvidaba comprar leche buena, y mi padre decía eso tuyo son pijadas, no seas tan pamplinero, así que solo había leche buena en la despensa si iba yo al Eroski con ellos y metía los cartones en el carro.

Abuela volvió con la bandeja, y en vez de un trocico de bollo maimón, me trajo una magdalena rica de las que hacía el panadero.

¿Y tú no desayunas?, le pregunté.

¿Pero qué horas crees que son? Desayuno a las siete, y mira, si el reloj mío no anda delantero, son las ocho y media, casi nueve. Comeré algo, por que no desayunes solo, pero hambre ninguna. Ponte bien. Y haz el favor de beber la leche, aunque no sea la tuya. Ya traerá de la otra tu madre.

¿Otra vez leche mala? Luego me riñen en el cole por ir al baño cada poco.

Abuela se sentó a mi lado, sacó una pera del mandil y la comió con piel y todo porque en la piel es donde están las vitaminas. Me dejaba desayunar en la cama, pero no acostado, y me tocaba apoyar la bandeja en las piernas y la cabeza en los barrotes de atrás. Me ayudaba a ponerme tieso y me colocaba bien la almohada para que no se me clavaran los barrotes como cuando eres minusválido. Me gustaba eso. Luego se quitaba las zapatillas, se sentaba en la cama conmigo y dejaba los pies colgando.

La última vez que pasa esto, dijo. ¿Quedas enterado?, que ya no eres un crío.

Mi madre había dejado una nota en la mesa de la cocina. En mi casa no hay cocina, por un lado, y salón, por otro, como en casa de Izan. Lo mío es cocina salón, todo junto, y ahí está el horno, los fuegos, la tele, la camilla en el medio y el escaño pegando a la ventana.

El escaño es de la casa vieja, donde vivía abuela de joven, y es como un sofá grande, pero más alto y más duro. Abuela leyó la nota renqueando, como los de parvulitos cuando están aprendiendo a juntar las letras.

Ni-co tie-ne hoy la sesi-ón de fot-os del co-legio.