El amor visto desde la economía

La lógica de los números puede ser aplicada a los vínculos de pareja. Eso se propone Cristina Rascón en su más reciente libro de cuentos, La desilusión óptima del amor. Con estudios universitarios en economía, la autora fusiona las ecuaciones con el erotismo, para elaborar una serie de relatos poco convencionales, como una de sus personajes, que se enfrenta a dilemas desde la “microeconomía de la atracción”. En esta reseña, Irene Selser indaga en el germen de las historias, en la complejidad de dos mundos que resultan —sólo en apariencia—irreconciliables

Portada "La desilusión óptima del amor"
Portada "La desilusión óptima del amor"Foto: Especial
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No es desde el desamor que Cristina Rascón concibió su nuevo libro de cuentos, La desilusión óptima del amor (Universidad Veracruzana, 2023). Se trata de 10 relatos donde el erotismo responde a una ecuación matemática. Lo mismo vale para la pasión o el destino guiados por instrucciones definidas y no ambiguas, como son los algoritmos.

¿RAZÓN LÓGICA?

La escritora mexicana (Bacobampo, Sonora, 1976), poeta, traductora del japonés y maestra del arte oriental del haikú, echa mano de su formación como economista para, con una sintaxis fluida, escudriñar los lazos amorosos desde una perspectiva numérica. Descubrimos con sorpresa que el juego de la seducción se rige por leyes precisas. 

Bien dice en el epígrafe el Nobel de Economía, John Forbes Nash: “Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor se puede encontrar alguna razón lógica”.

Pero, ¿son lógicas las razones de Fernanda, la protagonista del cuento “Deseconomía del amor (o métodos multivariantes para la economía de supervivencia)”, mujer de alma gitana, atractiva y desafiante, como la niña mala de Vargas Llosa? ¿Por qué Julieta, presa de la “microeconomía de la atracción”, se enamora de cuanto soltero sin ingresos ni seguro médico se le atraviesa —en general, músicos y poetas—, en lugar de escoger la certeza con hombres-objeto-beneficio, como insiste su mamá? Una mala elección afectiva acarrea desventajas al desconocer nuestro valor intrínseco, so pena de despilfarrar las “oportunidades macro”. 

Con un estilo atrevido a pesar del despliegue de teoremas, gráficas, funciones —igual a como los plasmaría un ejecutivo de finanzas—, Cristina Rascón se anima a calcular el peso del deseo —lo que resulta un hallazgo econométrico— y señala que en las relaciones de pareja a menudo un abrazo corrige “hipótesis de desconfianza equivocadas”.

Con un estilo atrevido a pesar del despliegue de teoremas, gráficas, funciones, Rascón se anima a calcular el peso del deseo, un hallazgo econométrico

LUGARES Y LENGUAJES

Esta viajera incansable tiene trayectoria literaria. Entre sus libros de cuentos, crónicas y poesía destacan En voz alta, Hanami, Cuentráficos, El sonido de las hojas y Mi Patagonia. También escribió Zoológico de palabritas, de haikú para público infantil. Le pregunto a Cristina sobre la génesis del libro. Me dice que comenzó a planear los cuentos en 2008, durante una residencia de escritores en Quebec, Canadá. De regreso en México, propuso al entonces Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora (hoy, PECDA) la idea de fusionar, en cuentos, términos y nociones económicas; buscaba un apoyo en la categoría de escritores con trayectoria, mismo que obtuvo. En 2009 se puso a escribir. 

“En ese primer proceso de escritura —explica—, además de nuevos relatos, recuperé textos escritos a fines de los 90, cuando cursaba la licenciatura en Economía, en Monterrey. También retomé notas y semillas de relatos de cuando era estudiante de la maestría en Política Pública, en la Universidad de Osaka, Japón. Y en 2009 era economista en la ONU, en Viena. Por tanto, en el libro se conjugan lugares y lenguajes de estas experiencias. Escribí otro par de cuentos en años posteriores y lo retomé durante la pandemia. En enero de 2022 lo propuse a la Editorial Veracruzana. Vino la dictaminación y edición; salió de imprenta a mediados de 2023”.

LA ECUACIÓN QUE NO ESTÁ

Al preguntarle cómo mezcla literatura y economía responde que ambas disciplinas tienen puntos en común, vasos comunicantes. "Mezclarlas es

una propuesta cuyo eje es la toma de decisiones. La economía no es una ciencia de finanzas, como se suele creer. Es una ciencia social cuyo fin es que el agente (persona o personaje) tome decisiones, equilibre sus deseos y sus restricciones. Mi propuesta es que el amor se puede explicar desde la lógica económica y no sólo desde la psicología, la moralidad o la presión social, que son los enfoques comunes para analizar el por qué, el cómo o a quién amar", señala. 

Me interesa saber de sus personajes femeninos, tan libres como melancólicos, dispuestos a desafiar incluso las leyes del italiano Pareto, aunque no lo sepan. Señala que, en efecto, el libro conjunta relatos donde los personajes, solos, buscan el amor a toda costa, pero éste no termina de concretarse por cuestiones que se explican desde la ciencia económica (deseos, tiempos, restricciones, expectativas, paradigmas). Por eso es una desilusión y por eso es óptima, porque en economía no existe bueno o malo, es decir, no hay final triste ni feliz. 

Le pregunto sobre la dedicatoria de las primeras páginas, que menciona al narrador y ensayista Mauricio Molina, fallecido en 2021 y que fue pareja de la autora, a quien le agradece: “Contigo descubrí la ecuación del amor”. Quiero saber cuál es. "Es la que no aparece en el libro. Cuando conocí a Mauricio y decidimos estar juntos, el volumen ya estaba escrito. Ninguno de los relatos se vincula con nuestra relación. Imagina que lees (o escribes) este libro, lo cierras… y entonces aparece él. La ecuación que no creí encontrar llegó a mí tras el proceso de escritura. Siempre le agradeceré a Mauricio mostrarme esa enigmática ecuación, que resultó ser mi propia forma y capacidad de amar".

Al cerrar el ejemplar no dudo que el lector se vea tentado a revisar su experiencia amorosa personal desde la óptica que propone la autora. El riesgo es descubrir que los fracasos del corazón se vinculan con una materia de preparatoria, en concreto, “Probabilidad y Estadística”. Lejos de reprobar, aquí encontramos, finalmente, la manera de aplicarla.