Animalemas

Margarito Cuéllar (1956) ha escrito una obra poética en la que destacan Poemas en los que nunca es de noche y Moléculas en movimiento vibratorio alrededor de una posición en equilibrio. Su discreción es su distinción. Sus temas son siempre los que nos unen a la vida cotidiana. Margarito puede escribir sin cesar en sus poemas de la belleza, un dibujo, la playa, un piano, los recuerdos, las pesadillas y sobre sí mismo. Los de esta página los dedica a algunos animales, algunos inauditos como la víbora.

Animalemas
AnimalemasFotos: Pixabay
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SANGRE FRÍA

Para la víbora soy una fiera extraña

que camina en dos pies.

Se mantiene erguida

y mueve su delgada lengua roja.

Se desconcierta

si me arrastro a la maleza,

subo por un tronco

o hago sonar los cascabeles.

Mi movimiento es torpe

pero con un poco de práctica

aprendo a deslizarme con destreza en la hierba

y los anillos de mi piel son corazas de hierro.

LA MOSCA

Después de un largo viaje vuelvo a casa.

Ella sigue ahí

entre residuos de azúcar y comida del viernes.

Creo no repara en nada

salvo en el golpe (que puede ser mortal).

La mosca no es fraternal ni solidaria

y es capaz de esperar una vida

a que las cosas –yo incluido– se echen a perder.

He visto moscas más tiernas

y con vocación de servicio.

Incluso más sublimes.

CARRERA DE CABALLOS

¿Qué fue de Ubü El Cortador del Cielo

sin su caballo Liebre Roja?

Con Babieca, El Cid gana batallas después de muerto.

Ulises, sin su caballo de madera

escribe en una playa la palabra derrota.

Sin Bucéfalo Alejandro Magno es una caricatura de jinete.

El verdadero libertador no fue Bolívar

sino Palomo, su bestia acompasada.

Calígula nombró cónsul a Iniciatus.

Sin Plata, El Llanero Solitario es a lo mucho

un zorro de las praderas.

Spirit, alma libre y salvaje, galopa en el poema.

ANIMALES EN EL CONTENEDOR DE BASURA

En el contenedor de la vida

suele haber mariposas de hojalata

gusanos de colores

y escarabajos del tamaño de Kafka.

VENENO Y LOS GATOS

En la costa de Yorkshire las mujeres de los pescadores tienen un gato negro para que el hombre vuelva con pesca en abundancia. El gato de Natsume Sōseki cita a Buda y a los clásicos griegos, mientras pasea en jardines ajenos y en la vida de otros. Borges dice: la cercanía entre escritor y gato es una alianza entre seres libres. Céline se resignó a escribir en el espacio que le dejaba su gato Bébert. Imagino a Poe con Cattarine y Plutón al hombro en tanto nacía “El gato negro”. El gato de García Lorca tenía una extraña fascinación por la música de Beethoven y Fitzgerald debió amar la música de Chopin al bautizar así a su gato.

Apollinaire, Belzebú, Buffalo Bill, destellos de Mark Twain, maúllen en el idioma que sea.

“¿Y los 57 gatos de Hemingway, las cinco bestias peludas de Lord Byron y las nueve vidas del Gato Fritz?”, pregunta mi gato Veneno mientras cruza con elegancia las líneas del poema.

EL PASAJERO

¿Qué busca un grillo

en los compartimentos del avión?

Quizá es un piloto automático

o agente de la CIA

disfrazado de insecto

o cazaterroristas

en países lejanos.

¿Alguien lo espera a su descenso

para invitarle un trago?

¿Es pasajero en tránsito

o tiene por destino final

la misma isla que yo?