Credo

Credo
CredoFoto: Pixabay
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Creo en las ollas de nueva tecnología

mármol, aluminio, acero

creo en un solo dios

creador de todo

incluidas las ollas con garantía de por vida

Creo en tus manos

en los dientes cariados

en la barba de tres días

creo en tu acento cuando pronuncias

[ciertas palabras

creo en tu pereza

Creo que podríamos vivir cincuenta años juntos

pero no lo sabemos aún

y nos da miedo la idea

Creo que una rosa abierta es el sexo de una mujer

y los ingleses aman las rosas

le ponen agua en la base de la maceta

[y alargan su vida

crecer en un país sin sol es ya un logro

Creo en los estofados lentos con papas

tomates y romero

creo en la vida doméstica:

de ella sale el mundo verdadero

el que no es de las ideas.

Amo el mundo que no es de las ideas

ni viene de una cueva con sombras

Creo en el sol de verano

calentando cabezas y hombros antes de calentar

[el resto de los cuerpos

creo en los cuerpos que se calientan con sol

y con su propia energía

Creo en tener aspiraciones

suaves al inicio e intensas después o viceversa

creo en arrepentirse

en darnos cuenta a mitad de una fiesta

[donde todos ríen, bailan,

acercan su cuerpo a otros cuerpos,

de que estamos muy muy aburridos de todo

el aburrimiento es un cansancio especial

Creo que no podemos esperar grandes cosas

de un país en cuyos lavabos públicos hay

instrucciones para lavarse las manos

Creo que lo hemos dicho todo

el silencio es alta tecnología: no se pega nada

los alimentos conservan su pureza

¿te imaginas?

el brócoli puro, verde intenso,

el ajo, los espárragos,

los trozos de carne

el silencio es algo a prueba de todo

y se puede meter a la máquina de lavar platos

qué belleza

* Este poema forma parte del libro La luz artificial de las cosas, de próxima aparición bajo el sello Ediciones Arlequín.