Cuestionario k-punk del libro 13

Presentamos una entrega más de este ejercicio lúdico en torno a bibliotecas, curiosidades librescas,
gustos y tendencias lectoras: en cada una hemos dado voz a personajes vinculados tanto con la literatura
como con el arte en Hispanoamérica. En este caso, la periodista cultural Adriana Malvido,
cuya trayectoria arrancó a fines de los años setenta, analiza el placer de pasearse por sus varios
libreros, de toparse con títulos que desde los siete años y hasta hoy se han vuelto parte de su piel más íntima.

Cuestionario k-punk del libro 13
Cuestionario k-punk del libro 13
Por:

1.¿Cuántos libros puedes contar en tu biblioteca?

Nunca los he contado, pero haré un cálculo. En mi estudio en la Ciudad de México tengo tres libreros. Todos contienen ejemplares a doble fila, algunos horizontales encima de los otros y conviven más o menos amablemente y localizables, por género literario —novela, ensayo, poesía, ciencias sociales, biografías, mujeres, feminismo, historia, periodismo— y por autores. El más grande contiene 700 volúmenes; el que sigue, 640, mientras en el pequeño guardo 122; los exiliados entre mi escritorio o el piso, unos cincuenta. Total: 1512. Tengo otra biblioteca que cubre los muros de la sala de mi casa y que contiene libros de arte. Aproximadamente son novecientos. Otro librero de casa alberga 320. Y en Cuernavaca guardo unos 550. Total aproximado: 3282.

2. ¿Cuál es el título del último libro que compraste?

El peso de vivir en la tierra, la novela más reciente de David Toscana.

Cuando terminé de leer Cien años de soledad me temblaban
las manos de emoción estética. Me deslumbraron tanto el lenguaje como la imaginación del autor

3. ¿Cuál es el último libro que leíste?

El amante polaco, volumen II, de Elena Poniatowska. Ahora estoy leyendo Parable of the Sower, novela de la escritora estadunidense Octavia E. Butler.

4. Menciona cinco libros que significan mucho para ti.

Perdón, pero creo que enlistaré más de cinco, me es imposible ceñirme a ese número. A cambio, soy breve en las demás respuestas del cuestionario. Titanes de la literatura infantil (Antología de los grandes clásicos para niños) fue el primero que leí sola, a los siete años. En la banqueta de la calle de mi casa, esperando el autobús escolar, descubrí el placer de la lectura y la capacidad de las palabras para convertirse en alfombra mágica, para llevarte a lugares lejanos y fascinantes; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Cuando terminé de leerlo me temblaban las manos de emoción estética. Me deslumbraron tanto el lenguaje como la imaginación del autor; Los periodistas, de Vicente Leñero. Lo leí mientras estudiaba periodismo en la universidad. Fue definitivo en mi formación. En sus páginas conocí, antes de verlos en persona, a todos aquellos colegas con quienes trabajaría muy pronto, en 1979, cuando ingresé al primer periódico unomásuno, el que fundó Manuel Becerra Acosta. Conocer la historia del golpe a Excélsior y de dónde venían todas aquellas reporteras y reporteros fue muy importante para mí. Además, con ese libro inició mi admiración por la obra periodística y literaria de Vicente Leñero. Lo considero toda una referencia ética. Poco después leí Música para camaleones, de Truman Capote, y entendí el periodismo como género literario; La historia interminable, de Michael Ende. Con esa novela me terminé de convencer de que un buen libro para niños lo es para todas las edades. Tiene un trasfondo filosófico profundo y muy importante, que me dejó huella: la imaginación y la fantasía como factores indispensables para la supervivencia humana. Me maravilló la edición a dos tintas, idea que retomé muchos años después para mi libro La noche de la Reina Roja (publicado en 2012), en su versión para infancias y jóvenes; Nobleza de espíritu, una idea olvidada, de Rob Riemen. Es un texto que te sacude y te llena de inquietudes acerca de la vida contemporánea y la urgencia de la filosofía en nuestras vidas. Lo leí con avidez y tuve la oportunidad de entrevistar al autor, filósofo holandés, fundador y director del Instituto Nexus de Ámsterdam, Holanda, en una de sus visitas a México. Por esa entrevista recibí el Premio Nacional de Periodismo 2011 (ese texto se publicó en el suplemento Laberinto, de Milenio). Así nació una relación profesional y amistosa muy importante con Riemen; Mary Wollstonecraft / Mary Shelley, de Charlotte Gordon. La biografía de estas dos escritoras, madre e hija, en la reciente investigación de Gordon, nos descubre un episodio clave en la historia del feminismo y también de la literatura. Entre otras revelaciones ofrece una nueva lectura de la obra y el significado profundo de la obra maestra de Mary Shelley, Frankenstein, publicada hace más de doscientos años, en 1818. El papel de la mujer en la literatura y la cultura, que apenas se está desvelando en una especie de arqueología de género, ha sido un tema que me apasiona, así que éste es un título que ocupa un lugar muy especial entre mis lecturas y relecturas; Los cínicos no sirven para este oficio, de Ryszard Kapuscinski. Ese pequeño volumen contiene la postura ética del mejor reportero del siglo XX. Lo he leído y releído. Me han marcado su experiencia, su visión del mundo, la cultura y el humanismo como centro del oficio; Tinísima, de Elena Poniatowska. Esta novela la leí mientras investigaba la vida y obra de Nahui Olin. Y aunque lo mío es un reportaje biográfico, las historias tienen lugar en el mismo contexto tanto histórico como cultural. Fue un gran alimento durante mi trabajo. También un placer para la lectura; Inventario, de José Emilio Pacheco. Los tres tomos contienen la más importante referencia para quien aspire a desarrollar un periodismo cultural a la altura de la historia, el arte y la cultura en México.

5. Nomina a cinco personas para responder este cuestionario.

Elena Poniatowska, Braulio Peralta, Fernanda Melchor, Paco Prieto y Sara Lovera.

Adriana Malvido (Ciudad de México, 1957) es periodista, escritora y columnista en El Universal. Ha publicado nueve libros, entre ellos La Reina Roja (2006), Nahui Olin, la mujer del sol (2018) e Intimidades (2022), con fotos de Christa Cowrie.