Phil Lynott

La canción #6

Phil Lynott.
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Para Danny Yerna

Su “Ángel de la Muerte” llegó el 4 de enero de 1986 con alas de heroína y alcohol, septicemia, neumonía y el fallo cardiaco que lo remató a los 36 años. Phil Lynott era la estrella irlandesa entre Van Morrison y U2 a la que le erigieron una estatua en Dublín, le acuñaron una moneda de 15 euros y cada año le organizan el festival Vibe for Philo. Justo se acaba de estrenar un tercer documental sobre su vida, Songs For While I’m Away.

The Rocker era un irlandés y negro afro, abandonado por su padre y luego por su madre, que creció con sus abuelos blancos junto al lema inglés antiinmigrante: “No Irish, no blacks, no dogs”. Con el racismo y los síntomas del dolor netafísico a cuestas formó Thin Lizzy, el grupo de rock con el que hizo historia junto a su amigo de la infancia, el baterista Brian Downey. Lynott componía, tocaba el bajo con plumilla y cantaba con su voz de blues furioso. Todo eso dio sello a sus canciones sobre la cultura popular irlandesa y las calles de Dublín, caballeros medievales, vaqueros del viejo oeste y soldados en combate que cristalizó en 1973 con su versión de la tradicional “Whiskey In The Jar”. El pegue masivo le llegó en 1976 con “The Boys Are Back In Town”. Dos canciones clásicas.

Con su infusión de rock pesado y ritmos afroamericanos que le bombeaban las venas, fue pionero en tener dos guitarristas, el formato que dominó durante los ochenta, y siempre se acompañó de los mejores: Eric Bell, Scott Gorham, Gary Moore, Brian Robertson, Snowy White y John Sykes. En su discografía hay joyas de todos los calibres y el doble Live and Dangerous de 1978 con frecuencia ocupa el podio del mejor disco de rock en vivo. En los setenta, Lynott también publicó los poemarios Songs For While I’m Away y Philip.

Creció con sus abuelos blancos junto al lema antiinmigrante: No Irish, no blacks, no dogs

Pero ser la estrella rockera irlandesa, después de U2, lo deprimió cuando sus amigos Bob Geldof y Midge Ure lo dejaron fuera del cartel de Live Aid. En su caída, Thin Lizzy se desbandó y su esposa e hijas lo abandonaron. El Rocker estaba enfermo, triste y solo. Tras una sobredosis en navidad de 1985 colgó los Converse diez días después. Sobre él existen los documentales The Rocker: A Portrait of Philip Lynott, de Shay Healy; Philip Lynott: Scéalta Ón Old Town, de Gerry Greg; y el reciente, dirigido por Emer Reynolds, Phil Lynott: Songs For While I’m Away, con testimonios de su madre, la escritora Philomena Lynott, su esposa y sus hijas. Pese a su canción “Mexican Blood” y a que en México se publicaron Jailbreak, Renegade y Thunder and Lighting, Thin Lizzy nunca tuvo difusión y sus seguidores nos contamos con los dedos de las manos.

Acá seguiremos, “Bailando a la luz de la luna”.