A la putrefacción

Erik Johan Stagnelius
Erik Johan StagneliusFoto: Especial
Por:

Putrefacción, ¡apresúrate oh novia amada

a disponer nuestro lecho solitario!

Repudiado por el mundo, repudiado por Dios,

tan sólo en ti mi esperanza albergo.

Pronto, adorna nuestra cámara —en litera enlutada

alcanzará tu morada el amante que suspira.

Pronto, prepara nuestro lecho nupcial —con claveles

lo sembrará la primavera.

¡Encierra en tu regazo mi lánguido cuerpo,

sofoca en tu abrazo mi dolor!

Disuelve en gusanos, razón y sentimientos,

en ceniza, mi ardiente corazón.

¡Fecunda eres, oh doncella! —con tu dote me otorgas

toda la tierra reverdecida.

Aquí arriba padezco, dichoso seré abajo, alojado en ti.

Edecanes vestidos de negro nos llevarán

a la dulce lujuria, al hedor cautivante.

Nuestro canto de bodas tañerán las campanas de cobre

y verdes cortinas nos encubrirán.

Cuando reinen las tormentas en los mares del mundo,

cuando habiten los horrores la tierra sangrante,

cuando enfurezcan las luchas, tú y yo dormiremos

en calma dorada. 

  • Este poema forma parte de un libro de próxima aparición en Ediciones El Tucán de Virginia.