Un cuarto de siglo habla de la historia detrás de Vive Latino, uno de los festivales más importantes y grandes de todo México. Un sinfín de historias rodean al festival, desde los portazos que se presentaron para ver el reencuentro de Caifanes, hasta los botellazos contra Natalia Lafourcade, los abucheos a El Gran Silencio y la escasez de agua. Anécdotas que comparten a La Razón Edgar Carpenter, quien ha acudido a todas las ediciones, e Irving Torres Yllán, un asiduo asistente.
Uno de los recuerdos que tiene muy presente Irving es la presentación de El Gran Silencio, que no fue tan bien recibida por el público en un inicio, pero terminó como uno de los shows más atractivos de aquel año.
“Recuerdo tanto que en el primer Vive vi lo que llamo el primer palomazo de su historia. En el show de El Gran Silencio, la banda invitó a Rubén Albarrán (vocalista de Café Tacvba) para que juntos cantaran ‘Dormir Soñando’. Esto cambió el panorama de la gente, aplaudió y cantó la canción de inicio a fin”, cuenta Irving.

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El semblante del público cambió, pues en un inicio no estaban acostumbrados al género cumbiamchero que caracteriza a El Gran Silencio, “pero todo cambió de un momento para otro. Literal se pusieron a bailar”.
Que Rubén Albarrán subiera a apoyar a El Gran Silencio hizo que la gente “enloqueciera y comenzara a soltarse más, por así decirlo”.
Abucheos contra Lafourcade y Dover
El Gran Silencio no ha sido la única banda que en algún momento fue abucheada en el Vive Latino. En 2000 incluso hubo hasta un golpe que hizo que una artista se bajara. Y es que el exigente público de VL se molestó con la banda española Dover por haberse retrasado cerca de 20 minutos en su presentación.
“La gente estaba muy molesta con Dover. Recuerdo que el público le aventó una especie de lona de plástico a la cantante, quien terminó diciendo al resto de la banda que no iban a continuar el show y se bajaron. Pero eso sí, recuerdo que antes de abandonar el escenario, la cantante prometió no volver a dar una presentación en México”, rememora Edgar.
Natalia Lafourcade fue otra más que tuvo que curtirse en el Vive Latino.
“A mí me tocó ver que bajara a Natalia Lafourcade en 2002 a botellazos, supongo que el público no conectó como ahora con su música. La chica se bajó del escenario literalmente llorando. Pero ahora ya es una de las estrellas más destacadas de VL”, comenta Irving.
El Vive Latino también ha sido el escenario donde han ocurrido momentos históricos, como el reencuentro de Caifanes en 2011. Fue tanta la euforia que el público terminó dando un portazo.
“Hubo un portazo para ver el reencuentro de los Caifanes, era muy notorio, se veía una mayor cantidad de gente que lo habitual”, recuerda Irving.
- Boletos a 180 pesos
Irving también recuerda con nostalgia que el boleto para el Vive Latino costaba 180 pesos, lo que ahora se tiene que pagar por una cerveza.
Aunque también en esos tiempos hubo carencias que tuvieron que enfrentar los asistentes, pues al ser un festival precursor había cuestiones de logística que se iban enmendando con la experiencia.
“Me acuerdo mucho que en el 2000 se acabó el agua y mucha gente comenzó a beber agua de los hielos, incluso algunos bebían agua de los grifos del baño”, cuenta Edgar.
Vive Latino, una celebración de vida
Para ambos, el Vive Latino es una especie de abrazo cálido y de compartir. Edgar celebra cada nueva edición como un nuevo ciclo de vida concluido, pues luego de superar una fuerte enfermedad llegó a Vive Latino para disfrutar de la vida y de la música.
“Yo pasé por una fuerte enfermedad y tuve una segunda oportunidad de vida. Esto tiene unos 10 años, pero me acuerdo de que cuando me dieron de alta faltaban unos meses para el Vive 2005 y me sorprendieron con un boleto para ir. Ahora veo al Vive como una celebración de la vida más que un simple concierto”, comentó Edgar.
Este fin de semana llega nuevamente al Foro Sol el Vive Latino, evento que luego de 25 años cada vez crece más y se convierte en una palabra obligada para que crezca la carrera de los artistas.
“Ya habrá una nueva edición el siguiente año, pero mientras tanto, nos preparamos para celebrar 25 años de vida del Vive este fin de semana”, finaliza Irving.
JVR

