Brilla Tour

Alejandra Guzmán brilla en la Arena CDMX y rinda homenaje a su madre

En un concierto que duró cerca de dos horas, Alejandra Guzmán demostró que sigue brillando con fuerza

Alejandra Guzmán, durante su “Brilla Tour” en la Arena Ciudad de México. Foto: Carlos Aguillón

Con un show explosivo, emocional e íntimo, Alejandra Guzmán presentó su “Brilla Tour” en la Arena Ciudad de México, ante miles de fans que corearon sus éxitos y fueron testigos de momentos familiares, homenajes conmovedores y energía sin freno.

El concierto que duró cerca de dos horas, fue una montaña rusa emocional. Desde el arranque con “La plaga” y “Luz de luna”, con un escenario invadido por un auto, luces de primer nivel, y un vestuario que remontaba a sus inicios, la potencia escénica de la Guzmán atrapó al público, con la suculenta banda musical, y las corista y bailarinas que la acompañaban en las coreografías.

Sin embargo, fue en los momentos personales donde el espectáculo tocó los corazones de los asistentes. Uno de los instantes más conmovedores, fue cuando Alejandra bajó del escenario y, en un gesto inesperado, le dio un beso y un abrazo a su padre Enrique Guzmán, quien se encontraba en primera fila. Entre aplausos y gritos del público, la cantante dejó clara su reconciliación y amor familiar. “Gracias por alumbrar mi camino y gracias por tantos años”, expresó después.

Un homenaje a Silvia Pinal

La cantante también rindió un homenaje emotivo a su madre, la primera actriz Silvia Pinal, fallecida en noviembre de 2024. Visiblemente conmovida, Alejandra Guzmán declaró:

“Mi mamá me enseñó a disfrutar y respetar el escenario, a quererlo y dar todo, aunque uno esté enferma o pase lo que pase... el show debe continuar”
Alejandra Guzmán, cantante

Durante esa dedicatoria, interpretó “Rosas rojas” entre lágrimas y ovaciones, mientras recordaba también a sus amigas de la infancia y a su antigua directora escolar: “Ale, prende todas las luces que puedas, porque esas te alumbrarán el camino”, citó nostálgica.

Otro momento especial fue cuando interpretó “Yo te esperaba”, tema que dedicó a su hija Frida Sofía. Aunque la joven no estuvo presente, el mensaje fue claro: la Guzmán no olvida a las personas más importantes en su vida.

En medio de esta mezcla de potencia y vulnerabilidad, la intérprete soltó frases que retratan su espíritu rebelde y resiliente:

“Estamos solteros y vivos, eso es lo importante. Uno tiene que ser el mal ejemplo, lo que dicen los reporteros... pero recuerden que mala hierba nunca muere”
Alejandra Guzmán, cantante

El despliegue escénico incluyó plataformas móviles, visuales inmersivos, bailarines aéreos y cambios de vestuario que acompañaron temas como “Volverte amar”, “Mala hierba” y la inédita “No se vale llorar”. Un momento simbólico fue cuando la cantante ondeó una bandera LGBT+ en el escenario, provocando gritos y aplausos del público.

El cierre con broche de oro. Tras interpretar “Míralo, mírala”, el público exigió más. Alejandra Guzmán regresó al escenario con una sonrisa traviesa, aunque se le olvidó el micrófono: “¿Cómo voy a cantar si se me olvidó el micro?”, dijo riendo, antes de cerrar con “Hacer el amor con otro”.

Con 57 años, Alejandra Guzmán sigue brillando con fuerza. Libre, poderosa, emocional, imperfecta y viva. Y como ella misma lo dijo al final: “Qué suerte ser mexicana y ser feliz... ser libre hasta para trabajar”.

cehr

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