Cine

Hojas de Otoño, un irónico y agridulce romance

El amor se torna un suplicio cuando se ve envuelto en un entorno de guerra en el que el romance parece ser el único indicio de paz

Puedes disfrutas de este filme gracias a la cartelera de MUBI
Puedes disfrutas de este filme gracias a la cartelera de MUBIMUBI
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El realizador finlandés Aki Kaurismäki da sus acostumbradas y adecuadas pinceladas de colores pálidos sobre un lienzo minimalista urbano, para materializar la melancolía que se reaviva con la iconografía de los carteles sobre viejas visiones fílmicas que ironizan sobre la realidad desde las portadas de revistas, paredes y puertas en las calles y establecimientos, mientras la vitalidad del relato obedece a los acordes de canciones que irrumpen entre sonidos incidentales sin adornos, hablando de viejos sentimientos y que encuentran voz en el uso desangelado del karaoke.

Es así que en Hojas de Otoño nos habla de un romance improbable que en medio de una vida sin sentido en Helsinski se revuelve mustio y le da la vuelta a la soledad para que dos almas perdidas entre la rutinaria convivencia en fábricas y supermercados, y la desencantada evasión en cines y bares, atinen a acompañarse para hacer más llevaderos los días de desamparo social, con el eco de la guerra entre Rusia y Ucrania marcando el paso desde la radio que da fe de un mundo que pese a la presencia de algunos dispositivos como los celulares, pareciera aún ser análogo a fuerza del anacronismo que acompaña la pobreza.

Lo parco de las conversaciones por momentos coquetean de más con lo impávido que proyecta inacción, pero en la mayoría de los casos no hacen sino enfatizar la ironía que detona los toques de humor, así como el significado de cada palabra y la profundidad en los vínculos que entre la necesidad y la resignación habrán de terminar por unir y cambiar el rumbo de una chica soltera que pese a todo sostiene su dignidad y sus buenas intenciones, y un hombre que hasta el momento de conocerla solo encontraba en el alcoholismo y los trabajos eventuales su único sostén.

Así pues, el otrora responsable de películas como Nubes pasajeras (1996) y Luces al atardecer (2006), pese a tardar un poco en el arranque, de nueva cuenta entrega aquí un pasaje cautivador sobre los sentimientos sobreponiéndose a lo fútil del paso de la existencia en un mundo donde el grado de humanidad se reduce ante el corporativismo, el negocio y la política que alimenta los conflictos militares, y que aunque apunta al desconsuelo, curiosamente ofrece una calidez que abraza.

Hojas de Otoño fue una seria aspirante a la Palma de Oro en Cannes y luego de su paso por el Festival Internacional de Cine de Morelia es traída a la cartelera de nuestro país por MUBI, así qué hay que aprovechar para verla en pantalla grande antes de que se reserve al respectivo catálogo de su plataforma.