Terry Jones, el humor inteligente de Monty Python

Terry Jones, el humor inteligente de Monty Python
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El cineasta, comediante e historiador Terry Jones, fundador del legendario grupo británico Monty Python, falleció el pasado martes a los 77 años, tras padecer demencia frontotemporal, informaron ayer sus familiares y allegados.

“Es un duro golpe para el humor inteligente: su trabajo en Monty Python inspiró numerosos conceptos similares, el más famoso de ellos es Saturday Night Live; él logró establecer una comedia incómoda, a través de esa ironía inglesa tan flemática; con sus interpretaciones incisivas incomodó a los conservadores y hasta la reina, pues hablaba abiertamente de sexualidad y política”, dijo a La Razón el crítico de cine Saúl Arellano.

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Antes de crear en 1969 el icónico programa de sketches Monty Python’s Flying Circus, Jones fue guionista y actor en otras producciones como Broaden your mind, The complete and utter history of Britain y Twice a fortnight.

En Monty Python’s Flying Circus, “nos permitió conocer sus múltiples facetas como escritor, director e intérprete”, señaló el especialista.

Agregó que Jones “trataba de exacerbar de sus gesticulaciones, pero todas sus actuaciones estaban basadas en un manejo total del cuerpo; además, tenía confianza en sí mismo para explotar al máximo cualquier papel que le tocara, por ello podía encarnar a cualquiera: desde una mujer vieja (el cual era su especialidad y algo por lo que era muy conocido), hasta un príncipe, mendigo o rey”.

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Entre las cintas más icónicas que dirigió destacan Monty Python y el santo grial (también conocida como Los caballeros de la mesa cuadrada), de 1974, en la cual, junto a Terry Gilliam, hizo una reinterpretación de la leyenda del Rey Arturo en la que hacían una parodia de la Inglaterra Medieval; La vida de Brian, de 1979, una sátira de la historia de Jesucristo, en la que un judío que nace el mismo día que el Mesías es confundido con él; y el Sentido de la vida (1983), conformada por sketches que hacen una reflexión ácida del significado de la existencia humana.

“Terry Jones se burlaba de lo que le daba la gana, era un tipo con una parsimonia que le permitía llegar a cualquier clase de público, y la inflexión que le brindaba a la comedia lograba que, aunque el espectador se molestara con los temas retratados, le dieran la razón a Jones respecto a la forma y de lo que se mofaba.

“Su enfoque principal era mostrar todo aquello que sucedía en la sociedad, tomando como pretexto (en gran medida) el pasado religioso, y poner el dedo en la llaga de una forma inteligente y certera”, externó Arellano.

Otras de las cintas emblemáticas que dirigió son Erik el vikingo, de 1989, filme inspirado en la novela fantástica homónima que escribió en 1983; El viento de los sauces, de 1996, adaptación del clásico de la literatura inglesa del mismo nombre; y Absolutamente todo, de 2015, su último proyecto cinematográfico: una historia de ciencia ficción.

“Tenemos que ver el lado poético: se nos fue como un Monty Python, con la locura que lo caracterizó y que hizo que nos enamoraramos de él, aquella que nos hizo seguirlo todos estos años”, finalizó Arellano.