Estados turísticos, más golpeados con el virus

Por primera vez, en México se perdieron dos temporadas turísticas clave: Semana Santa y las vacaciones de verano, lo que trajo un golpe directo a las economías familiares en Quintana Roo y Baja California Sur, dos de las entidades más afectadas por el empobrecimiento en los ingresos per cápita, como señala el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), de Coneval.

“En el caso de los estados más afectados por este tema, como Quintana Roo y Baja California Sur, están así de afectadas porque sus principales actividades tienen que ver con el turismo”, señaló a La Razón el especialista en economía de la UNAM, Ignacio Martínez, quien agregó que la diferencia tan abrupta de esta problemática entre unas entidades y otras deja ver la “desigualdad social tan grande” en el país.

El experto explicó que a raíz de que el 30 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la suspensión de actividades no esenciales, de los aproximadamente 5 millones de negocios que había en ese momento en el país, sólo estuvieron activos 2.5 millones, lo que provocó que en dos meses 11.3 millones de personas pasaran a la economía informal y más de un millón de empleos registrados ante el IMSS se perdieran.

“Esto también es resultado de la inactividad en casi cuatro meses hasta al menos el 8 de junio. Esto representa que las ventas de las empresas cayeran. Entonces, en el resultado duro, vemos que en el segundo trimestre del año hubo una abrupta caída. El resultado fue una disminución en el ingreso laboral y, a su vez, un aumento en la pobreza laboral”, dijo, en relación a los resultados del ITLP, que apuntan a un empobrecimiento de unos 7.5 millones de mexicanos en 28 estados, como publicó La Razón el 1 de diciembre.

El presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Concamin, José Luis de la Cruz, dijo a este medio que la precarización del mercado laboral durante la pandemia implicó no sólo el desempleo sino que la ocupación que se generó fue bajo condiciones de bajos salarios y sin posibilidad de prestaciones sociales, incrementando así la pobreza laboral.

“Estas menores remuneraciones que se están pagando, que oscilan de entre uno y tres salarios mínimos, han implicado que disminuya la capacidad de compra y gasto de las familias y en ese sentido lo que implica es el incremento de la pobreza laboral, que a pesar de tener empleo, el ingreso que se percibe no es suficiente para comprar una canasta alimentaria”, destacó.

En tanto, entidades que viven del flujo de turistas, como las que tienen zonas costeras, resultan las más afectadas porque si bien sí operan en la actualidad, lo hacen con una capacidad menor a la que normalmente tienen. “Por ejemplo, en el caso de Quintana Roo es evidente que no hay una gran actividad económica que permita que se recupere el ingreso de las familias”, destacó.

El titular de la Secretaría de Turismo de Baja California Sur, Luis Humberto Araiza, explicó que las autoridades locales dimensionaron que las pérdidas serían de unos 30 mil millones de pesos; sin embargo, por las condiciones “aún no se terminan de cuantificar las pérdidas”.

“Si bien es cierto que estamos aperturados a un 50 por ciento, sigue habiendo un detrimento” y reconoció que Baja California Sur “fue uno de los estados más afectados por la pérdida de empleos”, además de que no en todos los casos quienes recuperaron su empleo obtienen el 100 por ciento de sus ingresos.