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Tren Chepe una maravillosa experiencia de viaje

Un recorrido para adentrarse a la Sierra Tarahumara; destacan las Barrancas del Cobre por sus majestuosos cañones que unen a Chihuahua y Sinaloa

Tren Chepe una maravillo experiencia de viaje.
Tren Chepe una maravillo experiencia de viaje.Foto: Cuartoscuro
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El trayecto turístico del Tren Chepe a través de las Barrancas del Cobre es un viaje fascinante: recorrido en ferrocarril que ha sido reconocido como uno de los más impresionantes trayectos de todo el orbe, en un itinerario que conecta el mar en Los Mochis con Chihuahua.

Dos convoyes hacen actualmente este recorrido: el Chepe Express y el Chepe Regional. Anteriormente el Chepe Regional era el único que existía y hacía su línea desde Chihuahua hasta Los Mochis diariamente en las dos direcciones.

El tren Chepe Express, convoy más lujoso y moderno: mantiene una elegante decoración dentro de los vagones. El Chepe Regional, más sencillo, pero a la par muy atractivo. Chepe Express transita por zonas de Los Mochis hasta Creel: franja del itinerario más turística, donde se pueden disfrutar las mejores vistas panorámicas.

Duración aproximadamente de nueve horas, en una senda de 350 kilómetros: salida de Los Mochis, Sinaloa, hasta Creel, Chihuahua —Pueblo Mágico ubicado en el corazón de la Sierra Tarahumara—: las Barrancas del Cobre, majestuosos cañones que unen a estos dos estados del norte de México. A lo largo del viaje se traspasan 86 túneles y 37 puentes —orgullo de la ingeniería mexicana de acreditación internacional— amén de las campiñas y montañas más hermosas de México.

Derrotero: Los Mochis (Sinaloa)-El Fuerte (Sinaloa)-Bahuichivo (Chihuahua)-Divisadero (Chihuahua)-Creel (Chihuahua).

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El tren está integrado por seis carros de pasajeros, con una capacidad total para transportar a 340 personas. En el trayecto se tiene acceso a la terraza y el bar, además de conocer los sabores de la región que ofrece el restaurante Urike. Existe la posibilidad de bajar en los paraderos de El Fuerte, Bahuichivo, Divisadero y Creel para participar en actividades de turismo de aventura o conocer la gastronomía y cultura.

Barrancas del Cobre, espacio que alberga el legado de una cultura muy singular en los actos de los tarahumaras –rarámuris— custodios de las tradiciones milenarias más significativas de México. Los tarahumaras aún viven en las serranías y en grutas de las Barrancas. Practican el cambalache de mercancías y cuidan con esmero usanzas no comunes para los occidentales. Por ejemplo, practican un deporte que consiste en patear una pelota corriendo por las montañas. Gana aquel que más tiempo resista pateando el balón y corriendo por los cerros. Los tarahumaras, conocidos como los corredores de larga distancia más dinámicos del planeta.

Las Barrancas del Cobre: destino predilecto para todo aquel viajero amante de la aventura. Se podría decir que este sitio es la puerta a la Sierra Tarahumara. Enclave emplazado al suroeste de Chihuahua, se distingue por su misticismo y suntuosidad.

Una de las más cotizadas actividades de esta ruta: la visita a El Fuerte: comarca considerada joya colonial. Pueblito minero y agrícola que según la leyenda es la cuna de nacimiento de Diego de la Vega, el popular personaje de películas como El Zorro.

El paraje más encantador de todo el rumbo se ubica en Barrancas del Cobre: Estación Divisadero, donde se enclava el Parque Aventura Barrancas del Cobre. Se ofrecen tres esquemas de eventos recreativos: Zip Ridder, la tirolesa (polea suspendida por cables) más grande del mundo; Circuito de las 7 Tirolesas: incluye la travesía por puentes colgantes de las Barrancas del Cobre; y Vía Ferrata, para los más aventureros.

Durante el camino y en las diferentes estaciones hay oferta de deliciosos platillos típicos: las carnes norteñas y los burritos chihuahuenses, desafío para el paladar más exigente. Vale mencionar la hechizante sazón del pescado zarandeado de Los Mochis. En la sierra se pueden encontrar expendios que ofrecen deliciosos vinos de la región.

Arropados en la comodidad del servicio Express, mientras se regocija el viajero con la belleza natural, se puede saciar el apetito con una exquisita exposición de la cocina regional concebida para servirse a bordo por un equipo de meseros experimentado.