Por Hugo Hernández
Los restos de José María Morelos y Pavón (1765-1815) no están depositados en la columna de la Independencia, como se había creído desde hace muchos años. Así lo revelaron la doctora en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, Cristina Gómez, y el investigador, Alfredo Ávila Rueda.
Para Gómez los restos de Morelos, después de su fusilamiento en San Cristóbal Ecatepec, se condujeron a la Catedral Metropolitana, “pero algo pasó”. A mediados del siglo XIX, agrega la profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Juan Nepomuseno Almonte, hijo de Morelos, acudió a la Catedral a sacar los restos para trasladarlos a París, donde se fue a vivir.
Alfredo Ávila Rueda, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, coincide con la doctora Gómez y sostiene que Morelos, tras ser fusilado el 22 de diciembre de 1815, fue enterrado en la iglesia parroquial de Ecatepec.
Para 1823, precisa Rueda, el Congreso “decretó que los restos de todos los próceres de la insurgencia fueran trasladados a la ciudad de México para ser depositados en la Catedral Metropolitana, pero algo sucedió, y la verdad es que no se sabía si los restos eran de los próceres”.
Para ser exactos, en la parroquia conocida como la Santa Veracruz, ubicada en la ciudad de México, se encontraban enterrados lo restos de Leonardo Bravo, brazo derecho de Morelos, explica Rueda. Afirma que había una fosa común donde se encontraban, junto a los de Bravo, los restos de Morelos: “en realidad hay un vacio documental para sostener que los restos de Josá María fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, por lo que sería irresponsable afirmarlo o negarlo”.
Otra “leyenda” a la que hacen alusión tanto Rueda como la doctora Gómez se refiere a que Juan Nepomuseno Almonte recogió los restos de su padre, sin entregarlos a la Catedral, para custodiarlos personalmente, “pero no hay ninguna prueba”.
Nepomuseno murió en París, precisa Gómez, y también se dice que los restos de Morelos fueron enterrados en el cementerio de Perlache; “sin embargo, a finales del siglo XX se hicieron algunas pesquisas y se descubrió que no estaban ahí, entonces, lo más creíble, como lo sostenía el doctor en historia Ernesto Lemoine, los restos de Morelos habían sido arrojados al Atlántico por su hijo Almonte”.
Finalmente, tanto Rueda como Gómez, sostienen que los restos de Morelos no están en la columna de la Independencia. De hecho se desconoce quién descansa en la urna de Morelos.
