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Con la desincorporación del salario mínimo como unidad de medida habrá una nueva política salarial que eliminará el obstáculo que ha limitado el incremento real de las percepciones de los trabajadores, subrayó el senador del PRI, Armando Neyra.
El legislador comentó que ese ingreso, en lugar de ser simplemente una base de pago para la contratación y remuneración de los obreros, se convirtió en una unidad de cuenta utilizada para establecer asistencias sociales, compromisos tributarios o multas de tránsito, así como para dar financiamientos o asignar recursos a partidos políticos.
En ese sentido aseveró que “el principal problema para poder elevar el salario mínimo y enfocarlo solamente a la política laboral, es precisamente desincorporarlo de más de 149 ordenamientos legales, que lo toman como unidad de pago”.
Neyra Chávez consideró que para recuperar su poder de compra se requiere que el salario mínimo aumente 3.2 veces, lo que equivale a 230 pesos diarios, pues actualmente el costo de la canasta básica mensual es de seis mil 340 pesos al mes.
El senador del Partido Revolucionario Institucional puntualizó que poco más de siete millones de personas perciben todavía el salario mínimo, el cual está por debajo de la línea de pobreza porque no garantiza el acceso a la canasta básica y a los niveles de bienestar que requiere la población.