Coyotes cobran lo mismo por los intentos, dice la Iglesia

Migrantes intentan reingresar a EU hasta 3 veces con ayuda de polleros

Sacerdote asegura que las personas repatriadas prefieren quedarse en la frontera norte; flujo desde el sur no aumenta, pero es constante, dice; critica programas sociales

Marines estadounidenses instalan alambre de púas en la frontera sur, el 31 de enero.
Marines estadounidenses instalan alambre de púas en la frontera sur, el 31 de enero. Foto|AP

Los migrantes que son deportados de Estados Unidos, y que recientemente habían entrado al país vecino, intentar volver a entrar con la ayuda de “coyotes” o polleros, ya que el trato al pagarles es que son tres intentos por el mismo costo.

“Muchos han pasado con coyote. Tenemos información de que los arreglos con los coyotes son hasta tres intentos de pasar. Entonces, si son personas que han pasado recientemente y que las autoridades los regresan, ellos se quedan en la frontera porque el coyote los vuelve a pasar. Muchas veces el coyote está esperando nada más la deportación para volver a pasarlos. Tres intentos por el mismo precio”, expuso el padre Julio López, representante del Departamento de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

  • El Dato: Defensores de derechos humanos presentaron una demanda contra el gobierno de Trump para tener acceso a los migrantes recluidos en la base de Guantánamo.

El sacerdote mencionó que actualmente son pocos los migrantes mexicanos deportados que se encuentran en albergues, pues la mayoría se va a su ciudad de origen o se espera en la frontera a ser cruzados otra vez.

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“Respecto a las deportaciones, hemos tenido información de que se están efectuando más en la frontera; pienso que es un factor también económico para Estados Unidos. Más fácil deportarlos a la frontera que enviarlos en aviones al interior del país, ¿no? Y como se trata de mexicanos, pues fácilmente los dejan en la frontera”, dijo el representante de la Iglesia católica a La Razón.

Comentó que el flujo de migrantes que provienen del sur del continente continúa y, aunque no ha aumentado, sí ha permanecido de una manera constante y éstos siguen con la intención de intentar cruzar la frontera norte.

“La migración no la va a detener, ni (Donald) Trump, ni sus decretos, ni nada. La migración continúa y va a continuar; de muchos siglos atrás, la migración ha venido constantemente en aumento y seguirá así. No tengo información precisa, pero los albergues de la frontera están más o menos llenos, están recibiendo también a personas deportadas”, contó el sacerdote.

Apuntó que algunos migrantes que fueron deportados no quieren ir a los albergues que ha puesto el Gobierno federal y que prefieren los religiosos, ya que en éstos se sienten más seguros.Dijo que algunos migrantes provenientes del sur del país le han expresado su preocupación por el despliegue de más elementos de la Guardia Nacional (GN) para que éstos no lleguen a la frontera norte.

Situación compleja
Situación compleja ı Foto: La Razón

Al preguntarle si considera que hay una crisis migratoria en el país, respondió: “Yo creo que la crisis migratoria ha estado desde hace mucho tiempo y que ha tenido altibajos. Yo creo que la crisis migratoria se da desde el momento en que las personas no encuentran alternativas a la regularización y, a cambio de esto, encuentran persecución, detención, contención, retraso en sus procesos de trámites, con el fin de no tenerlos en la frontera norte”.

“Entonces, considero que hay una cierta crisis migratoria. Podríamos decir que tiene altibajos. No estamos en un momento, digamos, de situación muy difícil que sea insostenible, pero sí hay una situación bastante compleja porque, además de que el Gobierno está empeñado en este programa de atención, sabemos que va enfocado a la población mexicana que ha sido deportada, pero no se está previendo ningún programa de atención a la población extranjera que en algún momento va a continuar o, digamos, se va a embotellar en la frontera norte, y muchos de estos terminarán por quedarse en México y no tienen alternativas de regularización, más que asistir a la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) para solicitar refugio”, agregó.

Las deportaciones y el despliegue militar acordado con Estados Unidos en la frontera norte también han traído nuevas postales y cambios para quienes viven allí, que, para evitarse problemas, se han convertido en espectadores.

Joaquín vive en Piedras Negras, Coahuila, él prefiere ver de lejos lo aquello que le queda cerca de la frontera y no acercarse por temor a ser confundido con algún criminal, como los que persuaden a los migrantes que pasan por la zona luego de ser deportados.

“Estaba en un localito que tengo allí y pasaron unos migrantes y dicen que los agarraron el día martes y el jueves los soltaron. Los llevaron a una cárcel de migración que queda cerca de aquí, que los tuvieron detenidos tres días.

“Yo nada más voy a la orilla del río, vivo cerquita al puente, como seis cuadras. Siempre iba yo, nada más que ahorita vino el Ejército y ya no puedes acercarte mucho porque piensan que eres pollero o alguna cosa”, contó .

Aunque dijo desconocer cómo es el trato que actualmente están recibiendo los migrantes, porque tampoco hablan de ello, recordó lo que él enfrentó al ser deportado durante la pasada administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Te traen encadenado patas, manos a la espalda. Está feo, feo eso. A mí me tuvieron en Louisiana casi un mes porque no se llenaba el avión. Depende de qué país seas, pero si te agarran cerquita te sacan para fuera”, recordó Joaquín, habitante de la frontera norte.