Hay quienes creen que, a raíz de la bateada que le dieron en Morena a Miguel Ángel Yunes, el senador Alejandro Murat debería poner sus barbas a remojar. Importantes liderazgos del guinda en Oaxaca presionan a la dirigencia nacional del partido —como hicieron en su momento los de Veracruz— para que no se confirme la afiliación del exgobernador Murat, por mucho que el ahora legislador cuatroteísta haya recurrido ayer a la frase salinista de “no se hagan bolas”. Por lo pronto, ayer se informó que el Gobierno de Oaxaca revocó la patente de notaría que Murat, dos semanas antes de que terminara su mandato, le otorgó a quien era su secretario privado, Alejandro Nassar Piñeyro. Más de uno piensa que esta decisión, además de representar un calambre para el senador Murat, es un adelanto de lo que podría venir, dentro de lo cual, su eventual marginación de las filas de Morena, como ocurrió con Yunes, sería lo menos grave. Pendientes.

