Y fue el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, el que ayer le marcó la falta a su correligionario, el senador Raúl Morón, luego de que sus afines vincularan al gobierno estatal con los hechos de violencia que se presentaron el fin de semana en un acto al que acudió el legislador en Apatzingán y que acabó en zafarrancho. “Debo ser firme y exigirle al senador una disculpa pública. De él y de su equipo, de sus voceros. Por la calumnia y la denostación contra mi persona y contra mi figura como gobernador. Eso es lo que piden los estatutos de Morena, que nos respetemos. Yo he sido muy respetuoso… pero creo que sí es momento de que se ponga un alto a la calumnia, a la denostación, a querer tergiversar la realidad”, señaló el mandatario estatal. Quienes conocen de los temas políticos en la entidad, nos comentan que el también morenista se refirió sin mencionarlos al diputado Juan Carlos Barragán y al exdiputado Fidel Calderón Torreblanca, que el día de los hechos se lanzaron duro. Ya se verá qué camino toma Morón.