No deja de llamar la atención la belicosidad de la CNTE que, a medida de que el Gobierno le da nuevas alternativas, se radicaliza más, cuando la lógica indica que debería ocurrir lo contrario. Muchos piensan que, en el fondo de este asunto, hay fuego amigo de algunos personajes de la 4T, que intentan desbarrancar a otros del mismo proyecto político. Ayer la CETEG vandalizó instalaciones públicas, incluido el Congreso estatal de Guerrero, sin ningún sentido, pues acciones de este tipo sólo las hacían cuando las autoridades les cerraban todas las puertas y/o los reprimían. Y en Oaxaca, en apoyo de los maestros disidentes surgió una organización cuyas siglas hacen recordar a la APPO, ese bloque que en 2006 casi tumba al entonces gobernador Ulises Ruiz. Por cierto, varios liderazgos de la disidencia magisterial son legisladores de Morena, como el senador Raúl Morón. Y si no participan activamente en las acciones de presión, tampoco han movido un dedo para evitarlas. Ahí el dato.