Tras el hallazgo de 383 cuerpos en condiciones insalubres y apilados en un crematorio en Ciudad Juárez, Chihuahua, la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) urgió a las autoridades locales a realizar una investigación eficaz.
Además, pidió respetar los derechos de las personas fallecidas, “conforme a los estándares del informe del Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales de la ONU que podría aplicarse para el caso mexicano”.
Hasta ahora, cerca de 600 personas han acudido ante la Fiscalía General del Estado de Chihuahua para aportar datos que ayuden a descubrir si alguno de los cuerpos encontrados es de sus familiares.
- El Dato: El fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, calificó como “negligencia criminal” el hallazgo de 383 cuerpos almacenados, algunos desde el 2020.
Ayer, un juez de control vinculó a proceso penal al dueño del crematorio Plenitud y a su empleado, por su presunta responsabilidad en los delitos de violación a las leyes de inhumación y exhumación, y determinó que permanezcan en prisión preventiva.
El informe a que hizo referencia ONU-DH fue presentado en el 56º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, a través del cual se pide a los Estados a garantizar el respeto, la protección y la dignidad de las personas fallecidas, incluso en contextos de violencia, desaparición o colapso institucional.
“Se recomienda que se elaboren unos principios rectores basados en los derechos humanos para la protección de los muertos“, señaló Morris Tidball-Binz, autor del informe y relator especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.
El informe reconoce las tradiciones de los grupos sociales de honrar a los muertos, de ahí que “en los casos de ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias (es decir, muertes ilícitas), los cadáveres de las víctimas atestiguan la vulneración del derecho a la vida y, por lo tanto, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de proteger y salvaguardar a las personas fallecidas”.
El relator especial hizo un análisis sobre las distintas formas de honrar a los muertos de acuerdo con las tradiciones y culturas en distintas partes del mundo, así como las legislaciones que regulan la deposición de los restos.
“Muchas de las desigualdades, discriminaciones e injusticias que se producen en la vida persisten en la muerte”, sostiene en su informe Morris Tidball-Binz, al destacar que persiste “un importante solapamiento de leyes, reglamentos y prácticas relativos a las muertes no violentas y cotidianas”.
Para el relator, “la dignidad de la persona no se extingue con la muerte”, por lo que “alterar esos procesos, mediante la protección indebida o el trato irrespetuoso de los muertos, hace daño a las personas y las sociedades y, en el caso de las muertes ilícitas, socava o impide el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación”.
El reporte de la relatoría especial de la ONU puntualiza en esos casos que: “la protección de los muertos sigue planteando problemas considerables, que acentúan el dolor y la sensación de pérdida de quienes desean llorar a sus seres queridos”.