El racismo contra personas extranjeras en Estados Unidos, y particularmente contra mexicanas, se acentuó al extenderse a actividades en las que anteriormente no era marcado este fenómeno.
Daniel González Camarillo lleva 25 años desempeñándose como trabajador de transporte de carga en una empresa de lácteos que lleva producto a Estados Unidos y de la cual prefirió no dar el nombre.
Para él, las políticas de Donald Trump no están afectando sólo a quienes migraron a Estados Unidos, pues paralelamente el daño comienza a hacerse extensivo a otras áreas, con prácticas de racismo.
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“Los mexicanos siempre hemos tenido estas burlas de los gringos de no hablar todos el inglés, pero ahora va a ser a fuerza hablarlo o no te reciben el producto; eso ya lo advierten en carteles donde ponen ‘English only’”.
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El operador de un camión cisterna de lácteos dijo que en carne propia ha vivido las burlas de algunos estadounidenses al no pronunciar “de manera correcta” palabras que son sólo del dominio de personas nacidas en aquel país, y se cuestionó: “¿Por qué México no pone las mismas reglas a los estadounidenses que se van a vivir a México, a Los Cabos? Ahí no, ahí nosotros cambiamos el idioma de las cartas de comida para bien de ellos. Yo digo que a nosotros no deberían obligarnos a hablar un idioma que no es el nuestro”, opinó.
Sus declaraciones se dan luego de que una orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exige el dominio del idioma inglés para todos los operadores de carga que circulen en territorio estadounidense; sin embargo, está siendo aplicada con mayor rigor desde marzo de este año, lo que ha generado una respuesta inmediata por parte del sector, que ya se prepara para esta nueva estocada del republicano.
González Camarillo señaló que la medida no es nueva, pero así como en el tema de las redadas, los operativos en suelo estadounidense para personas trabajadoras están siendo “más endurecidos y hasta despectivos con quienes sólo venimos de entrada por salida; al paso que van, van a vaciar ese país no sólo de migrantes, sino de los que vamos a realizar algún servicio de manera ordenada”.
Desde el 2020, el director ejecutivo de Diplomacia Cultural de México, Enrique Márquez, anunció la creación de un nuevo organismo para fomentar el idioma español y la cultura mexicana entre las comunidades que viven en el exterior; sin embargo, “estos alcances, a cinco años, parecen más que una realidad, una utopía”, dijo Natali Carranza, joven estudiante nacida en Estados Unidos, pero de padres mexicanos, quienes siempre le inculcaron el idioma español.
“Yo creo que, contrario a lo que se dice en muchos discursos que justifican estas acciones, en la actualidad sí se ha subido el tono con el supremacismo lingüístico, porque la campaña de ‘sólo inglés’ la empujó el presidente Trump desde hace años, y el tema es que es algo que ha sido impuesto no sólo en Estados Unidos, sino en México. Yo he ido a visitar familiares y es increíble cómo ellos que viven allá ven como algo superior que otros hablen inglés”, dijo la joven.
Natali relató que toda su vida ha hablado los dos idiomas, inglés y español, pero cuando decide hablar español, ha sufrido burlas, incluso por parte de sus compañeros de high school, e incluso recibió amenazas y hasta golpes por hablar español. Refirió que “de 10 niños latinos o de origen mexicano, casi todos, al menos ocho, en alguna etapa de su vida sufrieron por hablar un idioma diferente en un país como éste”.
En Estados Unidos, 30 por ciento de latinos que participaron en una encuesta del Centro Pew en 2020 aseguró haber sido criticados alguna vez por hablar español. Y, aunque en los últimos tiempos algunos de estos ataques y actos de discriminación se han popularizado gracias a las redes sociales, Natali agregó que “el supremacismo lingüístico no es un fenómeno exclusivo contra la comunidad hispana en Estados Unidos, lo es más aún en el propio México”, dijo la egresada de la carrera de Derecho.
También el Pew Research Center (PRC), institución que analiza cuestiones demográficas de Estados Unidos, indicó que 40 por ciento de los latinos en el país han escuchado bromas o burlas de otros latinos por no hablar bien el español e incluso algunos han recibido violencia física o psicológica.
En la encuesta del PRC, 75 por ciento de los consultados dijo que podía mantener una conversación en español bien o muy bien. Pero del resto que no hablaba español —en su mayoría mexicanos—, la mitad reconoció haber sido avergonzados por otros por no hablar bien el idioma.
Actualmente, y ante las nuevas demandas del Gobierno estadounidense, transportistas en Ciudad Juárez, Chihuahua, ya inician cursos intensivos de inglés tras la orden ejecutiva de Trump que exige fluidez para operar en territorio de Estados Unidos.
Manuel Sotelo Suárez, vicepresidente de la zona norte de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), dijo que los trabajadores mexicanos están listos para enfrentar nuevos retos frente a este Gobierno.
Además, asociaciones de transportistas en la frontera de México reconocieron que 95 por ciento de los operadores no tiene dominio en inglés y “están hasta gustosos tomando las clases”; sin embargo, muchos de ellos “enfrentan miedos propios de sus edades” y de las órdenes que se están dictando desde la oficina del republicano en contra de los mexicanos.
