Como parte de las secuelas por el secuestro y muerte de la maestra Irma Hernández Cruz, en el municipio de Álamo de Temapache, ayer, decenas de taxistas exigieron justicia afuera del Palacio de Gobierno, en Xalapa, y denunciaron que muchas de ellas enfrentan un riesgo similar en varias demarcaciones. Adentro, la gobernadora Rocío Nahle se lanzó contra quienes usan “el dolor de una familia para hacer escándalo” y confirmó la causa de la muerte de Irma. Hay quienes no ven con buenos ojos que la mandataria sea tan tajante al decir que la víctima murió de un infarto, “les guste o no”, pues la investigación apenas empieza. Algunos piensan que se debe reconocer que las autoridades han dado resultados, pues el pasado viernes, un día después de que fue hallado el cuerpo de la maestra, ya había tres detenidos. Y ayer, según Nahle, se sumó uno más, aunque no aportó detalles. Lo peor sería, nos dicen, apresurarse a dar carpetazo al asunto. Veremos.