La próxima reforma electoral enfrenta un escenario complejo, no sólo por el choque entre oficialismo y oposición, sino también por las divisiones internas que comienzan a surgir dentro de la Cuarta Transformación y sus bancadas en el Congreso de la Unión.
Expertos consultados por La Razón coincidieron en que Morena no sólo tendrá que sortear resistencias externas, sino también las que podrían emerger desde el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido del Trabajo (PT) y algunos de sus propios legisladores.
- El Dato: Ante una nueva reforma electoral, exconsejeros del extinto IFE y del INE urgieron a “promover una deliberación amplia y plural” y conducir un “debate público incluyente”.
Para Yair Mendoza, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, los principales focos de tensión dentro de la coalición provendrán del PVEM y el PT, partidos que podrían verse perjudicados por los tres grandes ejes de la reforma: la eliminación de diputaciones plurinominales, la reducción del financiamiento público a los partidos y una posible reestructuración del INE. “La verdadera oposición está dentro de la coalición gobernante”, sostuvo, al advertir que los intereses de estos partidos no necesariamente coinciden con los de Morena.

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Joel Rojas, politólogo, añadió que en el interior de Morena hay múltiples grupos con visiones distintas sobre el sistema democrático y reconoció que figuras como Ricardo Monreal han manifestado reservas y podrían impulsar un debate más abierto. En su opinión, “si la reforma no se concilia entre todas las fuerzas políticas, podría tener consecuencias graves. Si sale una reforma mal concertada, puede regresar la violencia política electoral. Estaba ya desterrada, pero una mala reforma puede revivirla”.
En este contexto, los analistas destacaron la necesidad de que la oposición adopte una estrategia inteligente: “La oposición no tiene los votos, pero puede influir si actúa con inteligencia”, dijo Rojas, quien propuso que se recupere la vía del consenso que caracterizó reformas previas desde 1977. Para ello, sugirió incluir voces con experiencia en el diseño institucional, incluso si han sido críticos del actual gobierno.
El abogado y politólogo Antulio Ontiveros consideró que la oposición está “totalmente desarticulada” y que su única salida será recurrir a los tribunales. No obstante, también anticipó divisiones dentro de Morena, donde “hay quienes han vivido del sistema plurinominal y pueden oponerse a su desaparición”.
En cuanto a la viabilidad de la reforma, los expertos coincidieron en que el partido oficialista y aliados tienen los votos necesarios para aprobarla. Sin embargo, advirtieron que imponerla sin acuerdos puede resultar contraproducente.
“No hay democracia sin demócratas”, afirmó Ontiveros, quien también subrayó la necesidad de defender la ciudadanización del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Mientras tanto, la oposición deberá decidir si se mantiene al margen o intenta influir en el proceso. Para Mendoza, la clave será acercarse a los partidos aliados de Morena: “Hacerse amigos del Verde y del PT podría ser la única forma de incidir en el rumbo de esta reforma”.
Sobre el fondo de la reforma, las opiniones son divididas. Mendoza reconoció que la ciudadanización del INE se ha perdido y que el sistema de partidos necesita ajustes, pero advirtió sobre el riesgo de capturar al instituto si se impone una mayoría sin equilibrios. Ontiveros, por su parte, subrayó que ninguna reforma será útil si no cambia la clase política: “No hay democracia sin demócratas. Podemos tener nuevas leyes, pero si seguimos con los mismos actores, la reforma va a quedar muy flaca”, dijo.
Rojas cerró con una advertencia sobre el deber de construir una reforma incluyente: “Para todo juego democrático, tiene que ser una reforma pactada. No veo que vaya a ser así, pero el deber ser me dice que debe discutirse por todos.”
Corrientes internas no son riesgo, dice especialista
› Por Ulises Soriano
El avance de seis organizaciones cercanas a la 4T en su intento por convertirse en partidos políticos debe leerse más como un reacomodo natural en el sistema político mexicano que como un riesgo para Morena, aseguró a La Razón el abogado y politólogo Antulio Ontiveros.
Explicó que este tipo de procesos no es nuevo, pues desde la fundación del Partido Nacional Revolucionario —que agrupó a fuerzas socialistas diversas—, el sistema de partidos ha estado marcado por rupturas y recomposiciones.
Para Ontiveros, la creación de nuevas organizaciones políticas nacionales obedece menos a una lógica de proyecto colectivo y más a liderazgos individuales que buscan asegurar financiamiento.
- 10 millones de militantes espera alcanzar Morena
“No son partidos, son asociaciones que deben cumplir con asambleas. Su interés es acceder al recurso público. Saben que no pueden incidir de manera real en las políticas públicas frente a un movimiento que gobierna más de dos terceras partes del país”, dijo.
En este sentido, consideró que su “espacio natural” seguirá siendo Morena, incluso en caso de llegar a las urnas. “No representan un peligro para la Cuarta Transformación, porque difícilmente se sumarían al PRI o al PAN. Más bien, buscan tener un lugar desde dónde negociar, como lo hicieron en su momento fuerzas satélite como el Verde o el PT”, apuntó.
Sobre la meta de Morena de alcanzar los 10 millones de militantes, anticipó que no habrá obstáculos. “Cuentan con estructuras como los Siervos de la Nación y con una base cautiva gracias a los programas sociales. No tendrán problema en llegar a esa cifra”, sostuvo. Sin embargo, advirtió que el reto sigue siendo la calidad de la militancia: “No basta con movilizar, hace falta ciudadanía y conciencia democrática”.
En conclusión, los intentos de estas agrupaciones reflejan más una estrategia de supervivencia política que un desafío real para el partido en el poder. “Es parte de la historia de México y de la izquierda, donde las tribus y los liderazgos personales marcan las rupturas, pero al final terminan orbitando alrededor de la fuerza hegemónica”.
PAN pide segunda vuelta electoral
Por Sergio Ramírez
Segunda vuelta presidencial, frenar la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión, el uso de tecnología mediante urnas y votos electrónicos, así como cancelar el proceso electoral si se detecta intervención del crimen organizado, planteó el PAN para la reforma electoral.
Jorge Romero Herrera, presidente nacional del blanquiazul, dijo que la reforma electoral debe fomentar la democracia, además de escuchar a la oposición y al resto de la sociedad.
Sin embargo, denunció en un comunicado, que la Presidenta Claudia Sheinbaum no ha extendido una invitación formal al PAN para participar en la construcción de la reforma.
“En el PAN estamos dispuestos a participar en la elaboración de una reforma real, de fondo y que fomente la democracia, siempre y cuando se escuche auténticamente a la oposición, pero, sobre todo, a la sociedad, y nos permitan defender nuestras propuestas”, señaló.
Tras admitir que es necesaria una reforma electoral, Romero consideró que la propuesta de la Cuarta Transformación tiene como propósito terminar con la democracia y perpetuarse en el poder.

