Ricardo Monreal Ávila dijo que la forma de gobernar de la Presidenta Claudia Sheinbaum, “se trata de un estilo que evoca al presidente Benito Juárez en tiempos de la Intervención francesa, cuando estableció un gobierno itinerante.”
“Hoy la presidenta recoge ese legado y lo adapta a un tiempo distinto. Ambos estilos de gobierno, separados por más de un siglo y medio, coinciden en una convicción: el poder no se ejerce desde la lejanía, sino en contacto directo con quienes le dan sentido”, dijo en una columna de opinión.
El legislador afirmó que, en ese sentido, este fin de semana, así como la mandataria federal, decidió acudir a territorio y anotó que, “más allá de la norma, se trata de un recordatorio permanente: ningún gobierno puede legitimarse sin la voz, la participación y la confianza de la gente. Gobernar de la mano del pueblo es darle vida a la democracia y asegurar que la transformación sea verdadera y duradera”.
Destacó que “por eso, luego de rendir su Primer Informe de Gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum decidió salir a encontrarse con la gente de todo el país, iniciando, el pasado viernes, en Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas.
“Y lo hace no solo para informar, sino también para escuchar, para validar en el territorio el alcance de los resultados obtenidos, pero, sobre todo, para devolver al pueblo el lugar que le corresponde en el corazón mismo del acto de gobernar”.
Aseguró que “el pueblo no sólo recibe resultados: los discute, los valida, los hace suyos. Y cuando un pueblo se apropia de las transformaciones, éstas dejan de ser programas de gobierno y se convierten en conquistas sociales. Ese es el verdadero sentido de la participación popular.
“Hoy, México vive un momento histórico. La presidenta gobierna con itinerancia, con cercanía, con transparencia. Ha decidido que su legitimidad no se sostenga únicamente en los votos de hace un año, sino en la relación viva y cotidiana con la gente”.
En ese sentido, Monreal Ávila afirmó que “en Guanajuato y Aguascalientes, estados gobernados por la oposición, la presidenta fue recibida por el pueblo con alegría, entusiasmo y mucho cariño. Los mensajes fueron claros: en el primer caso, una disminución en los homicidios dolosos, avance que parecía imposible, y en el segundo, la ampliación de los programas sociales del bienestar.
“Más tarde, en Zacatecas, mi tierra natal, en donde tuve el privilegio de acompañarla, dio a conocer una inversión histórica en el campo, que se traduce en más producción, más empleos y más esperanza para miles de familias rurales.
“Pero si algo quedó claro en esta gira es que lo más trascendental no fueron las cifras. Lo más importante fue demostrar que la política también puede ser motivo de fiesta y de algarabía cuando las cosas van bien, porque la transformación avanza no es una campaña, sino una forma de gobernar”.
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LMCT