Para Verónica, haber conseguido su libertad, sobre todo la financiera, tras separarse de una relación “tormentosa”, no significó haber dejado atrás la violencia económica y de otro tipo, sino comenzar a experimentarla de otra manera en la que no esperaba.
Fue en 2023 que la mujer de 35 años pudo separarse de su pareja, quien, a pesar de nunca haber recurrido a la violencia física ni sexual, sí la hizo vivir “un matrimonio que se sentía como un secuestro”, donde la restricción financiera a la que la estuvo sometida durante cinco años la alejó de terminar la carrera que estaba a punto de concluir, de ver a su familia, de reunirse con sus amistades y hasta de poder decidir qué comprar para el hogar que quería formar.
- El Dato: en 2022, tres mil 775 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente, aunque sólo el 25% de esos casos se investigaron como feminicidios.
“Cuando me junté con él, mi familia, obvio, ya no asumió los gastos de mi carrera porque él les prometió que me ayudaría. Ya casados y en el último año de mi carrera, él me dijo que no podía porque le estaba yendo mal en el trabajo, así que pausé eso y le quise ayudar consiguiendo empleo o vendiendo algo, pero no me dejó porque según le daba pena.

Resultados del Chispazo de hoy 14 de diciembre del 2025. Ve los números ganadores
“Sólo fueron pretextos, ya con el tiempo lo que hizo fue ni siquiera dejarme el gasto, él llevaba la despensa, pagaba recibos y no me permitía salir más que con él y a donde él decía.
“Un día dijo que perdió sus llaves para entrar a donde vivíamos, así que se llevó las mías y me dejó encerrada, dejó de pagar el internet y yo no tenía celular, prácticamente quedé incomunicada”, contó Verónica a La Razón.
Esto último lo padeció durante casi medio año, ya con otras muestras de violencia: gritos y maltrato psicológico, hasta que pudo comunicarse con su familia y ésta acudió a confrontar la situación para sacarla de la casa en la que se encontraba “recluida” y eligió no presentar ninguna denuncia contra su expareja, para no “volver a saber nada de él”.
Una vez libre de esta situación, Verónica buscó empleo para juntar dinero y retomar sus estudios. Lo encontró como cajera en una tienda departamental donde encontró violaciones a sus derechos laborales, como pagos incompletos o retrasados en muchas ocasiones, donde al intentar enfrentar su situación recibió amagos de su superior con frases como: “a ver, denuncia, te boletinamos y a ver si te contratan en otro lugar”, lo cual, dijo, le hizo sentir que era el único sitio donde podría estar, ya que además le hicieron sentir que ya estaba “grande” de edad. Y ahora que logró salir de ese sitio, labora en otro lugar donde su percepción es de un pago desigual y un estancamiento respecto a otros compañeros, principalmente hombres, a pesar de su esfuerzo por conseguir ascenso.
“Terminé renunciando y afortunadamente sí me contrataron en otro lugar, pero aquí encuentro que, aunque me consideran personal confiable y me encargan tareas que a otros no, no me suben ni mi salario ni de puesto como a otros que han llegado después y se hacen cuates de los jefes”, contó Verónica con desánimo.
De acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), 27.4 por ciento de las mujeres —o una de cada tres— ha vivido violencia económica, definida como aquellas acciones u omisiones cometidas por la persona agresora y que afectan la supervivencia económica de la víctima, por medio de limitaciones que controlan el ingreso económico, así como la percepción de un salario mínimo dentro de un centro de trabajo.
En una valoración de las condiciones sociodemográficas, salta que las mujeres de entre 25 y 34 años de edad son las que padecen más la violencia económica, patrimonial y discriminación.
En otro punto, los datos del Inegi apuntan que las mujeres mexicanas con educación superior completa, 23.5 por ciento, son las que padecen más la violencia laboral.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la proporción de mujeres en puestos directivos ha caído en nuestro país entre 2022 y 2024, al pasar de 39.1 por ciento a 38 por ciento.
Así la situación en México
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares:
- Mujeres de 25 a 34 años padecen más la violencia económica, patrimonial y discriminación.
- Ha vivido violencia económica en entorno laboral y el hogar, 27.4 por ciento.
- Mujeres con educación superior completa, 23.5 por ciento, son las que padecen más la violencia laboral.
- De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la proporción de mujeres en puestos directivos ha caído en México entre 2022 y 2024, al pasar de 39.1 por ciento a 38 por ciento.
Entornos más seguros, “la deuda para ellas”
Por Claudia Arellano
Cada vez más la sociedad, las autoridades, los presupuestos y el debate público se deben orientar a transformar y mejorar la realidad de las mujeres mexicanas, sostuvo la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, porque, dijo, la deuda de México es con ellas.
Con la presencia de María Elena Ríos, víctima de violencia ácida, y de Cecilia Flores, quien ha encabezado grupos de madres buscadoras, López Rabadán inauguró en San Lázaro el evento con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el cual llamó a destinar todos los recursos materiales y humanos para que mujeres vivan sin violencia.
- 40 horas a la semana de trabajo remunerado hacen mujeres
- 800 carpetas de violencia al día se registraron durante 2021
“Estamos honradas de recibir a dos mujeres que han marcado con su trabajo, con su lucha, con su convicción, un antes y un después en la lucha de las mujeres (…) Vamos a tener dos conferencias magistrales y está hecho así para poder demostrar que cuando hay dos mujeres juntas, este país puede avanzar”, asentó.
Indicó que las mujeres dedican 40 horas a la semana a labores de trabajo no remunerado, mientras los hombres sólo 16; además, subrayó que 70 por ciento de las mexicanas mayores de 15 años ha vivido algún tipo de violencia y 42 por ciento vivió violencia antes de los 15 años.
“Es necesario proteger a nuestras niñas, es necesario generarles las condiciones para que no más vuelvan a ser violentadas”, urgió. En 2021, abundó, se presentaron 800 carpetas de violencia familiar al día y 100 por violaciones, lo que “significa que la mujer sufrió violencia, pero además rompió ese estigma de quedarse con la violencia, digamos, en lo personal y acudió a una autoridad”.
Asimismo, dio a conocer que, de acuerdo con Amnistía internacional, 97 por ciento de las mamás buscadoras ha sufrido violencia en sus labores de búsqueda.
Anais Miriam Burgos Hernández, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, dijo que hoy se reúnen para recordar y honrar la lucha contra la violencia de género que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. A su vez, la diputada Gabriela Jiménez Godoy, vicecoordinadora del grupo de Morena, agradeció la invitación de López Rabadán a conmemorar este día tan importante.
“No estamos aquí solamente diputadas representando diferentes partidos, sino más bien estamos representando a otras mujeres, dándoles voz en el Congreso y legislando para ellas, mujeres que merecen vivir libres, plenas y sin miedo”, dijo.
Denuncian 150 casos al año de violencia vicaria a CNDH
Por Claudia Arellano
Luz Arredondo, representante del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria (FNCVV) en Puebla, dijo que urgen mecanismos para tener una cifra oficial del número de víctimas de violencia vicaria en el país, aunque señaló que, sólo en un año, se han registrado 150 víctimas , que han sido acompañadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), aunque la cifra negra es mayor, ya que “es la violencia vicaria la punta de todas las violencias estructurales para las mujeres y los niños”.
La activista dijo a La Razón que todas las mujeres que han vivido violencia vicaria han experimentado violencia psicológica. De ellas, siete de cada 10 la sufrieron desde la perspectiva económica, seis de cada 10 patrimonial, cinco de cada 10 es física y cuatro de cada 10 agresión sexual.
- El Dato: La violencia vicaria “significa violentar a través de una persona, en este caso los hijos o hijas, para dañar a la madre. Hay un medio a través del cual se perpetúa y no es directa.
“La violencia vicaria, forma parte de una larga batalla social, cultural, política y económica. En el FNCVV se ha identificado que a 9 de cada 10 mujeres les ha negado la atención porque la violencia proviene de su papá y salen sin una denuncia en las manos”, dijo Luz Arredondo, también conocida como Mamá Tomate.
Arredondo señaló la urgencia de crear mecanismos que garanticen a la madres y niños vivir una vida libre de violencia y dijo que es importante enfatizar el factor que implica la participación del Estado porque, cuando se recurre a las instituciones competentes para la atención y resolución de estos casos, actúan de manera omisa, indiferente, o hasta en colusión con los violentadores.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado para denunciar la violencia de género y reclamar políticas para su erradicación. En 2025, la agenda se centra en la violencia digital, para buscar la implementación de leyes, la protección de datos, y la adopción de medidas contra los abusos en línea.
El doctor Guillermo Floris Margadant del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que este fenómeno generalizado no ha conseguido llegar a las leyes, pues en el Código Civil, niñas, niños y adolescentes son considerados como medios.
“Ellas y ellos están en una situación de desventaja. La definición de violencia vicaria es adultocentrista. Creo que la discusión sobre violencia vicaria tiene que ir reconociendo en primer lugar a las víctimas, aunque el objetivo de un varón adulto sea la confrontación y el daño a una mujer adulta. Esta discusión tiene que reconocer y poner en el centro a las niñas, niños y adolescentes, y eso es lo que muchas madres piden, la protección a los hijos”, dijo el jurista.
Comentó que, según cifras de diversos colectivos feministas, existen 27 millones de madres que han sido víctimas de algún tipo de violencia en un periodo de su vida. De ese total de madres 39.9 por ciento sufrió violencia vicaria.
Lorena Acosta es madre de una niña de 12 años, comenta que ella no quería convivir con su padre desde que tenía cuatro, sin embargo “yo le insistía, a esa edad ella era más accesible a ello, muchas veces yo quedaba con miedo de que salieran, así fuera cerca, porque sé que él pierde fácil el control. De hecho, en ocasiones él me llegaba a marcar por teléfono porque supuestamente la niña le hacía algún berrinche, en los primeros años de separados, él no daba una manutención, daba una despensa de no más de tres mil pesos mensuales, y cuando se iba por la despensa ejercía todo tipo de violencia, haciendo comentarios pasivoagresivos”.
Lorena afirma que tiempo después procedió a demandar los alimentos de su hija, lo que nuevamente la puso en el centro de la violencia “recuerdo que el primer mes que le descontaron exigía saber en qué se gastó el dinero, de hecho, en diciembre mi hija le pidió uvas para el año nuevo y él le respondió que me las pidiera a mi porque yo ya le estaba ‘quitando todo su dinero’. Luego la mamá de él me cuestionó ¿por qué le pedí la pensión si él daba despensa? Poco a poco fui viendo que esto es violencia vicaria, pero la verdad prefiero ni acercarme a una instancia, porque se gasta mucho y se pierde dinero y al final estos señores no son igual con la autoridad que con uno”.
Actualmente, Lorena recibe el 15 por ciento de pensión por parte de su expareja, pero los problemas se han agudizado debido a que su hija de 12 años no quiere convivir con el progenitor. Ante ello, de manera constante, el sujeto amenaza con acusarla con un juez o hasta denunciarla o quitarle a la niña, pues acusa a la madre de ‘alienación parental’. Me dice que la niña no lo quiere ver porque yo la influyó en su contra, no es así, la niña me dice que no quiere ir porque se pone muy agresivo, y claro que le creo a mi hija. La pregunta es ¿dónde denuncia uno eso? No hay dónde, no es un problema que le interese más que a quienes lo vivimos”, narró la madre activista.

SSa publica criterios de atención integral en casos de abuso sexual
Por Claudia Arellano
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Secretaría de Salud (SSa) presentó avances en la atención integral a niñas, adolescentes y mujeres que han vivido violencia, así como acciones para fortalecer la respuesta institucional.
Al encabezar la ceremonia “¡Por ellas, por todas sin violencia!”, el secretario de la SSa, David Kershenobich, señaló que la violencia contra niñas y mujeres demanda reforzar políticas, capacidades y servicios con enfoque de derechos, género y justicia reproductiva.
Señaló que, entre los avances más relevantes, se encuentra la publicación de los Criterios para la Atención Integral del Abuso y Violación Sexual, un documento que establece lineamientos claros para garantizar una atención respetuosa, oportuna, sensible y sin revictimización.
El titular de la SSa subrayó que “denunciar no es una obligación, sino un derecho”, y enfatizó que “las mujeres no requieren presentar denuncia para recibir atención médica”. Aclaró que el personal médico no está obligado a verificar el dicho del solicitante y los trámites administrativos no deben retrasar la atención.
En este contexto, el secretario enfatizó que el sector Salud garantiza la disponibilidad nacional y el abasto suficiente de los medicamentos necesarios para la profilaxis post exposición (PEP) para VIH, herramienta esencial para la protección inmediata de las víctimas. Además del abasto asegurado, se trabaja con las entidades federativas para mejorar su implementación y uso oportuno en todas las unidades de salud.
Asimismo, David Kershenobich reafirmó la importancia de continuar la ampliación del acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en condiciones seguras, como parte de la atención integral y basada en derechos para las mujeres, adolescentes y niñas sobrevivientes de violencia sexual.
Por su parte, la directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Sexual y Reproductiva (CNEGSSR), Teresa Ramos Arreola, indicó que la violencia sexual constituye una urgencia sanitaria y una obligación institucional para el sector Salud y agregó que “ni una sola mujer debe quedar sin una atención digna y libre de estigmas”, afirmó.
Denuncian las pajareras de Iztapalapa la violencia de género en el gremio
Por Ivan Ortiz
En Iztapalapa, las pajareras del Colectivo Chalchiuhtlicue crearon un espacio seguro para las mujeres de esta alcaldía, mediante la observación de aves. En sus recorridos incentivan la participación comunitaria de mujeres en esta actividad, así como desahogan las agresiones que enfrentan y visibilizan la violencia de género presente en este gremio.
Angelina Martínez, fundadora de la agrupación, guía a un grupo de personas en el Área Natural Protegida Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, y sin necesidad de binoculares, logra hallar decenas de aves moviéndose entre los árboles y los primeros rayos del sol.

- El Dato: La Colectiva Chalchiuhtlicue obtuvo una mini-beca por parte del laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, de Nueva York, Estados Unidos.
Aunque no estudió una carrera académica como ornitología, la historiadora y sus tres compañeras de la agrupación conocen los nombres de las 150 especies en la zona y sus características, pues llevan cinco años como observadoras de aves, mejor conocidas como pajareras.
Cada parada aprovecha para hacer una actividad para visibilizar violencias o desigualdades que enfrentan las mujeres al dedicarse a la observación de aves.
“¿Será lo mismo entrar siendo un extranjero rico o siendo una mujer adulta mayor de menos recursos? (...) No es normal que a una persona de comunidad la hagan menos por no tener estudios a pesar de que vive en el área y conoce las aves de su lugar. No normalicemos este tipo de violencias”, sostuvo la especialista durante el recorrido.

Esta agrupación ha logrado convocar a varias mujeres de las colonias San Miguel Teotongo y Ampliación Emiliano Zapata. A la par que identifican decenas de especies en la Sierra de Santa Catarina y en el Cerro de la Estrella, crean también redes de apoyo ante la violencia de género.
“Aunque ninguna de nosotras sabía nada sobre observar aves, llevábamos comida, nos sentábamos a platicar de todo lo que nos atraviesa y la violencia en nuestros hogares.
“Nos dimos cuenta de que la pajareada era el pretexto perfecto para juntarnos, desahogarnos y sentirnos acompañadas. Las aves se convirtieron en un símbolo de esa resiliencia y acompañamiento entre mujeres. Como ellas, podíamos juntarnos un ratito y después cada una volaba a su casa”, dice Angelina Martínez a La Razón.
En 2019, era (y sigue siendo, enfatiza la mujer) común el robo, el acoso sexual y el narcomenudeo en los pocos espacios públicos de Iztapalapa, una de las alcaldías más inseguras y con menos área verde por habitante de la capital. Por ello decidieron hacer este colectivo.
“En nuestras colonias hay mucha violencia contra la mujer. Y los parques y las áreas naturales cerca son inseguras, una no puede ir ahí sola. Así que nos juntamos para protegernos y salir a estos espacios a platicar, observar aves e intercambiar conocimientos”, explica Martínez.
Así fue como crearon un espacio seguro para mujeres; sin embargo, mientras más se especializaban como pajareras, encontraron otras violencias en el gremio dominado por hombres académicos de altos recursos.

“Nosotras no éramos especialistas en nada. Empezamos de una manera muy autodidacta, nos metimos a cursos y después ganamos becas. Pero mientras más nos involucramos surgieron violencias, donde menospreciaban nuestro trabajo, cuestionaban nuestras observaciones”, explica la historiadora.
También dentro de las instituciones, como la Secretaría de Medio Ambiente local (Sedema), menciona, han sido discriminadas, pues algunos encargados de áreas protegidas han menospreciado su conocimiento, por surgir fuera de la academia y dentro de lo comunitario.
“Había que hacer algo para que las mujeres y las niñas de nuestro territorio no sientan que, porque son mujeres, son de Iztapalapa o no tienen estudios, sus observaciones son inválidas”, comenta.
Algunas pajareadas de Chalchiuhtlicue en áreas protegidas de la ciudad están acompañadas de talleres sobre violencia de género. Gracias a esto conocen a otros colectivos de mujeres observadoras y ejercen presión en el gremio para erradicar estas violencias.
Angelina Martínez no puede escoger un ave favorita, pero la primera que vuela entre sus pensamientos es el zumbador mexicano (Selasphorus heloisa), un colibrí endémico de nuestro país y el más pequeño del continente.
La belleza de esta ave, como la de Iztapalapa, está en sus desapercibidos detalles, explica la pajarera. Es un colibrí verde de pico corto y recto. Es tan pequeño como un abejorro, tanto que su aleteo suena idéntico al zumbido de este insecto. Los machos tienen el pecho adornado con plumas de color magenta metálico y una mancha blanca detrás del ojo, como si tuviera un delineado.
Aunque la estudiosa conocía al zumbador mexicano, pues es un ave migratoria que visita Iztapalapa cada invierno, no conocía su nombre. Cuando la identificó supo que fue de las primeras personas que detectó su presencia en la alcaldía.
“Recuerdo que los académicos no creían que esa ave estaba en esa zona, porque nadie la había registrado previamente. Las aves son mensajeras en muchas mitologías, y en la pandemia perdí muchos seres queridos. Entonces esta ave se volvió un mensaje de resiliencia que me compartió la naturaleza.
“Al voltear a mirar a otras especies, te hermanas con el territorio. Cada vez que lo recorro, escucho y veo las aves. Luego noto cómo se van y regresan el siguiente año y yo espero su regreso”, sostiene Angelina Martínez. Mientras el zumbador mexicano vuelve a casa, las pajareras de Iztapalapa comparten su mensaje de resiliencia a otras mujeres.

