Dicen que cuando uno se guarda muchas cosas o no las resuelve, pueden salir —o salirse de control— en cualquier momento, como lo que le pasó al senador panista Marko Cortés, quien usó su participación en la votación por la ley arancelaria para darle un recargón a su excompañero de bancada Miguel Ángel Yunes, al que le recordó lo feo que se vio al ‘chapulinear’ para darle al oficialismo lo necesario para aprobar la reforma al Poder Judicial. Y como a toda acción hay una reacción, Yunes, cuando tuvo oportunidad —ahora en el debate por la ley de salud—, explotó: “Durante mucho tiempo he guardado silencio frente al linchamiento orquestado en mi contra por quienes durante años fueron mis compañeros”, dijo el legislador, cuya ira llegó a tal grado que ya nadie lo callaba, con decirles que, tras mucha insistencia, la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo, también enojada de no ser escuchada, mejor le bloqueó el audio. Muy intenso todo. Uf.

