La barranca, lugar común en búsqueda de desaparecidos

Por Jorge Butrón

La Barranca La Carnicería, en el Ejido Cocula, en Guerrero, donde fueron encontrados los restos del normalista de Ayotzinapa Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, en los últimos años ha sido un lugar frecuente para la búsqueda de desaparecidos por diversos colectivos debido a que es lugar de operación de grupos criminales.

En diciembre de 2014, miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) hallaron restos de una persona que al parecer habría sido calcinada. Incluso en ese momento, el vocero de la organización, Miguel Ángel Jiménez, aseguró que los 43 estudiantes fueron separados y quemados en distintos lugares; ello, luego de que un testigo asegurara que el día de la desaparición se percibió humo en la zona.

En 2015, la organización Los Otros Desaparecidos de Iguala acudió a la barranca luego de que un trabajador del campo alertó sobre la presencia de restos humanos de tres hombres y una mujer, mismos que fueron trasladados a la Ciudad de México, sin que hasta la fecha les dieran información sobre la identidad de los mismos o las diligencias realizadas.

Ese mismo año, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pidió a la extinta PGR permiso para tomar muestras de suelo de la zona, ya que era un ligar positivo para encontrar restos humanos, pero éste le fue negado.

En enero de 2016, la PGR exhumó los cuerpos de cuatro personas y un mes después, encontró otro cuerpo. El abogado de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Vidulfo Rosales descaartó en ese momento que los restos fueran de los estudiantes.

Posteriormente, en septiembre de 2016, la PGR utilizó la tecnología denominada LIDAR (proveniente de Rusia y Alemania), para detectar restos o fosas en diversas partes de Guerrero, en este caso, en la barranca La Carnicería.

Al finalizar el análisis de rayo láser y realizar un mapeo en 3D, se concluyó que existían 60 puntos por revisar en esa zona y en Las Tijerillas, también en Cocula, donde se han encontrado rastros positivos de fosas clandestinas. En noviembre de 2019, se hallaron 100 fragmentos óseos, dispersos en un radio de 200 metros, de los cuales, uno correspondió a Rodríguez Telumbre.